¿Llegará el final del libro de texto? Los padres piden reducir el gasto y los expertos son fieles al papel

¿Y si los eternos subrayadores amarillos terminaran desapareciendo de los estuches escolares? De momento, en España, esta idea parece aún muy lejana con un libro de texto que sigue siendo el rey absoluto de las aulas , algo menos común en Europa. Las tabletas digitales, sin embargo, se han ido abriendo paso en los colegios patrios y cada vez se venden menos ejemplares. Las cifras las ha recogido Anele, que es la asociación nacional de editores de libros y material de enseñanza, y que estima que en 2023 los padres españoles compraron cerca de 40 millones de libros . La prevalencia del papel en este curso que arranca es clara y se traduce, según la OCU, en un gasto medio por hijo de 161 euros en libros de texto en centros públicos, 252 en concertados y 306 en privados . Las asociaciones de padres de alumnos con las que ha hablado este diario creen que el desembolso que han tenido que hacer las familias es más elevado y, de media, podría rozar los 500 euros . «Para la mayoría de padres, el libro de texto debería ser una herramienta de consulta y, desde luego, no es la única forma de enseñar. No abogamos por su desaparición, pero sí por la reducción del número de ejemplares que se compran cada año . Cualquiera que tenga hijos en edad escolar sabe que muchos manuales llegan a junio sin tocar. y, a veces, no usan ni la mitad«, lamenta María Capellán, que es la portavoz de Ceapa, que aglutina varias asociaciones de padres de escuelas públicas. «Sobre todo, lo que no podemos es seguir gastando lo mismo en libros de texto y, a esta inversión, añadir la de las ‘tablets’. Es insostenible«, remata esta madre. La convivencia de un modelo digital y otro, digamos, ‘físico’, no es lo único que preocupa a las familias, que han podido remarcar estas últimas semanas las diferencias de ayudas para la compra de material escolar entre autonomías. Según un informe de Anele, en comunidades como Cataluña o Andalucía las becas para la compra de libros de texto llegan en torno a un 96% de los alumnos de Primaria y Secundaria. Por la cola, destacan regiones como Asturias y Castilla-La Mancha , en las que sólo se llega a un 31% y a un 36% del alumnado, respectivamente. Estas desigualdades han llevado al Partido Popular a pedir al Gobierno que duplicara las ayudas para libros de texto de 50 a 100 millones. Por su parte, Alberto Núñez Feijóo defendió el lunes una «homogeneización» de los manuales para abaratar su coste. Aunque esta iniciativa no haga demasiada gracia a las empresas editoriales. La fiesta de las editoriales Precisamente sobre esta idea ahonda Lucas Gortázar, director del área de educación de EsadeEcPol. En su opinión, en este país se ha dado lo que él denomina « fiesta de las editoriales « e indica que ha existido un » interés creado por el sistema dirigido a favorecer al libro de texto«. Es decir, desde hace años, las editoriales han ido llegando a acuerdos con las consejerías y los gobiernos y haciendo modificaciones en los contenidos curriculares para ‘asegurarse’ la compra de nuevos materiales cada poco tiempo. En cualquier caso, Gortázar insiste en la importancia y la garantía que aportan los libros de texto en las aulas pues, en sus palabras, sirven para «subir el nivel mínimo»: «Si abrazamos el modelo tecnológico habría una menor regulación, también una mayor incertidumbre. El modelo tecnológico no va a resolverlo todo y, sobre todo en los niveles de Primaria, la excesiva digitalización puede traer riesgos». Desde Concapa, la confederación de padres de escuelas católicas, señalan que hay que prestar atención al problema de infraestructura que existe en algunas zonas rurales de España: «En muchos pueblos no pueden depender de un aparato que requiera de conexión a internet sin tener fibra», expresa su portavoz, Pedro José Caballero. «No podemos seguir gastando lo mismo en libros y, a esta inversión, añadir la de las ‘tablets’»Pero, ¿podría la dependencia excesiva del libro de texto provocar que los maestros se acomodaran ? Esa fue una de las razones por las que, en muchos países de la Unión Europea, se comenzaron a arrinconar los manuales en papel, abogando por un modelo mixto y que incorporara la tecnología. Sin embargo, ya hay lugares en los que, vistos los malos resultados en Lectura, se está reculando. El gobierno sueco paralizó el año pasado la digitalización de las escuelas cuando comprobó que el nivel de lectoescritura de los estudiantes se había desplomado desde 2016. Y aunque el papel del libro de texto se ha puesto en tela de juicio por parte de algunos movimientos de renovación pedagógica que postulan su desaparición , ya hay expertos que están alzando la voz para reivindicar su validez. Precisamente estos días se publica ‘Apología del libro de texto’, un ensayo firmado por Nuno Crato, exministro de Educación portugués, famoso por haber logrado unos resultados excelentes en su país. El título no deja margen a la interpretación y en él Crato desarrolla las grandes utilidades del libro de texto en las aulas, como servir de estructura de estudio, hacer las veces de elemento de consulta en el futuro o, entre otras cosas, servir de apoyo al profesor. Pero lo que discuten los padres españoles es ese reinado absoluto que cada vez hace más inasumible la vuelta al cole.

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