Roedores de arqueta
En el Estado de partidos (nuestro Régimen del 78) todo es mentira menos lo malo, y lo peor lo representa el periodismo, que en la grande polvareda ha perdido a don Beltrane, que era el público, ayuno de noticias (realidad real) y ahíto de lo que lo parecen (realidad imaginaria). La revolución del trumpismo consiste en soltar en el paradisíaco jardín de la patocracia rampante la serpiente del ‘sentido común’, el mismo que a Tom Paine le valió, según Russell, el odio de Pitt, de Washington y de Robespierre.Cuando hace una década las obispas de la CNN inventaron la coletilla ‘fake news’ para desacreditar los dichos de Trump, Trump la bateó de vuelta contra los medios, y les partió la madre, pues iban tan desnudos como el rey del cuento. Si Borges ponía el grito en el cielo porque a Tácito se le escapó la Crucifixión («aunque la registra su libro»), ¿dónde tendríamos que poner nosotros el grito ante una generación de periodistas (¡la generación perdida!) que se le escapaba el personaje más periodístico del siglo? La vida que no es una gran curiosidad inteligente no vale la pena, decían nuestros costumbristas. En España tenemos un costumbrismo de Estado que produce manifiestos con prosa de ceja en alto, como ‘au-dessus de la melée’. Manifiestos de ceja izquierda, manifiestos de ceja derecha y manifiestos de centro, o de entrecejo. Somos el país más ridículo de Europa, y la competencia es feroz.—Ayer mirábamos por segunda vez el discurso de Trump en un vídeo y cuando dijo: «I will work for the greatness of America», va y se levanta del sofá diciéndome: «¿Te imaginas si eso lo decimos en Alemania? ¿Que vamos a trabajar por la grandeza de Alemania? ¡Qué escándalo!» –tuiteó un gran carácter castellano, Isabel García, natural de Burgos, criada en Bilbao y establecida profesionalmente en Alemania (con marido alemán en el sofá), ahora en la sospecha de que el ‘wokismo’ (del trauma del nazismo) salió de Alemania.Esos vividores de la realidad imaginaria que son los progres están en guerra contra X porque X ha eliminado la censura: bloquean al propietario, Musk, o dicen que se van con boca de piñón. El canciller alemán, un comediógrafo socialdemócrata con cara de cascabel pisado, ha explicado al mundo la libertad de expresión europea: «Todo el mundo tiene libertad de expresión en Europa y puede decir lo que quiera. Lo que no aceptamos es el apoyo a la extrema derecha». Que es la clase benaventina de libertad de expresión que caricaturizó Camba en pleno régimen de excepción (el que siempre hemos tenido en España): «¡Dichoso el señor Benavente , que en pleno régimen de excepción puede decir todo lo que quiere! Una libertad que está al alcance de cualquiera. Si todo lo que yo quisiera decir, en efecto, fuese lo mismo que dice el señor Benavente, esto es, si yo quisiera decir que puedo decir todo lo que quiero decir, ¿qué duda cabe de que podría decirlo?»Nos ha quedado un oficio de roedores de arqueta.