El Barça abusa sin piedad de un Valencia desvalido
Hansi Flick piensa como yo que Iñaki Peña no es un portero para el Barça, aunque discrepamos en que lo pueda ser ‘Tec’. Pero en cualquier caso me gusta que no dé por descontada la portería y se plantee partido a partido quién tiene que ser titular. Para compensar el riesgo puso a Éric y a Cubarsí de centrales y el partido se le puso enseguida de cara gracias a una sedosa asistencia de Lamine Yamal para que De Jong , haciendo de Lewandowski , que descansaba, marcara el primero de la noche. A la belleza del gol contribuyó el desajuste defensivo del Valencia. Decimotercera asistencia de gol de Lamine Yamal esta temporada. Para cerrar las dudas sobre la noche, Ferran remató el segundo antes del minuto ocho.Este Barça cuando todo le sale bien encadena secuencias de fútbol eléctrico, alegre, de una vitalidad que refleja la juventud de sus jugadores. No es un fútbol con tantas gotas de eternidad como el de Pep pero se encalla menos porque improvisa más y sigue el instinto y el destello. No hay afectación: sólo la sed y el irrefrenable impulso de beber. Fermín antes del cuarto de hora sirvió el tercero a Raphinha , que aprovechó la delicadeza para marcar el tercero con un buen movimiento interior. Éric y Lamine Yamal prepararon la jugada con sendos toques de alta fidelidad.El árbitro y el VAR le robaron un penalti al Valencia , pero no fue excusa entre otras cosas porque Cubarsí en el 23 se marcó una prodigiosa asistencia bajo presión a Fermín, que marcó el cuarto rematando con pausa, paciencia, colocación y potencia. La noche se abría cruel y sin fondo para los visitantes, tan desamparados que daban un poco de pena. El Barça no se cansaba de bailar y el quinto parecía inminente. Ataques constantes, llegadas letales, rayos láser como los de las películas de ciencia-ficción. Y todo lo que al Valencia podía salirle mal, le salía mucho peor.xEl portero polaco del Barça hizo otro penalti innecesario por una salida a destiempo pero tuvo suerte de que el VAR avisó a Soto Grado de una falta previa de Koundé , discutible pero falta. Cuando más acabado parece, ‘Tec’ tiene siempre una vida más pero eso no quita que sea un peligro público para el Barça. Más por curiosidad que por discutir sería muy interesante una conversación totalmente sincera con Flick sobre qué pecado ha cometido Iñaki Peña para ser relegado. Siendo alemán el técnico, tan justo, tan cariñoso, tan ordenado, algo realmente fuerte tiene que haber pasado. La primera parte iba a terminar con un caño de Lamine Yamal a Diego López pero en la añadidura otra vez este chico asistió con gran maestría a Raphinha, que chutó al larguero y el rebote lo aprovechó Fermín para marcar el quinto a puerta vacía. Empezaba a ser un abuso el escarnio a un rival tan hundido.La segunda parte empezó en un tono más bajo, con el Barça queriendo más pero sin esa voracidad. El Valencia intentaba algo pero con muy poca gracia, y menos fortuna todavía. A pesar de que Hugo Duro marcó el 5-1 en el 58, a los dos equipos les habría ido bien dejarlo ahí y retirarse. El Barça para descansar, que tiene un calendario infernal, y el Valencia para que no se infectara la herida. Los beneficiados de que no fuera posible el trato fueron Lewandowski y Gerard Martín , que entraron por Balde y Raphinha . Era probable que el Barça ampliara la distancia pero el partido cayó en el aburrimiento. Sobre todo viniendo de una primera parte, tan vistosa y con tantos goles, el ritmo más lento y el resultado asegurado restaban mucho interés a lo que pudiera suceder sobre el terreno de juego. El Valencia hacía algo más asumiendo el riesgo de encajar más goles pero por lo menos no parecía tan desvalido como en la primera parte y no daba tanta pena. Tal como era de prever, Lewandowski marcó el sexto y fue también el centésimo gol del Barça esta temporada . Pau Victor y Héctor Fort entraron por Koundé —mal— y Lamine Yamal, que puso carita de no alegrarse en absoluto de ser sustituido. Tárrega, en propia puerta, marcó el séptimo. Pablo Torre entró por De Jong .Partido redondo del Barça contra un rival naufragante. El invento de Flick en la portería es la clase de excentricidad que sólo puede permitirse el entrenador de un equipo arrasa.