Diego Martín, atrapado para siempre en el limbo de un aeropuerto

Diego Martín no recuerda un viaje peor que el que hizo con solo once años de regreso de Estados Unidos. Todo había ido bien. De hecho, a pesar de su corta edad, era ya la segunda vez que pisaba el que hoy es territorio de Donald Trump . «Empecé, afortunadamente, a viajar a Estados Unidos cada verano desde muy jovencito», dice. Eran viajes de aquellos en los que los chavales se alojan con alguna familia y aprenden al mismo tiempo el inglés y lo que es la vida (más o menos). El viaje de aquel verano reservaba para Diego la lección más contundente para justo el día en que tenía que volver a casa, a España.«Me tocó una familia fantástica y lo pasé maravillosamente bien», recuerda, pero al parecer su «madre ficticia» era un pelín despistada: al prepararle la maleta se olvidó de meter en ella el pasaporte. El pequeño no se dio cuenta hasta tres horas después de haberse marchado de su domicilio yanqui camino del aeropuerto de Boston. Al llegar ahí, el lío: el avión se marchaba y no podía embarcar sin pasaporte. «Y yo me quedé con uno de los organizadores mientras el resto del grupo pasaba el control». Para más inri, el cuidador «tenía como cierta rabia de que mi tutora hubiera olvidado el pasaporte, y no estaba demasiado simpático y tranquilizador» aunque «bueno, al menos se quedó». «Me tuvieron ahí un buen rato, macerando, macerando mi sufrimiento, diciéndome que no iba a ir, que no iba a ir, que no iba a ir»… Hasta que le dijeron que, a pesar de todo, podía volar. Eran otros tiempos, los locos ochenta. Eso sí, «me pasé el vuelo Boston-Madrid vomitando, como no he vomitado jamás en un avión con sensación de pánico». El detalle de que en aquella época «en los aviones todavía se podía fumar» no ayudó a que se sintiera menos mareado.Noticia Relacionada El peor viaje de… estandar Si Paco León: verdades, mentiras y la Gran Barrera de Coral Pep Gorgori El actor acaba de estrenar ‘Sin instrucciones’, película que mezcla comedia y drama bajo la dirección Marina SereseskyPara pánico, el que debió sentir también su abuelo, cuyo número de teléfono habían dado como persona a la que avisar en caso de emergencia. «Lo llamaron a las cuatro de la mañana, cogió el teléfono y le dijeron: ‘Hola, le llamamos de Iberia’». «Debió de pegarse el susto de su vida, aunque solamente era para avisarle de que estaba viajando sin pasaporte», recuerda entre risas. Hoy, Diego rememora la anécdota «como si fuera la mayor pesadilla habida en el mundo de los viajes, claramente», sobre todo teniendo en cuenta el contexto: «Un chaval de 11 años, con todo lo que supone un aeropuerto, te montas la peli de que te vas a quedar abandonado en Estados Unidos para siempre y no volverás a ver a tu familia». Lo bueno es que desde entonces no ha vuelto a perder jamás un pasaporte.Estas semanas Diego Martín está promocionando la segunda temporada de ‘Muertos, S.L.’, una comedia acerca de la nueva etapa que se abre en una funeraria al morir su propietario. El actor interpreta a Chemi, un experto (por decir algo) en marketing que se propone cambiar la imagen fúnebre del negocio. «Es una comedia muy, muy placentera de rodar», asegura, porque «los guiones, como suele ser habitual con los hermanos Caballero, son un festival». Con todo, hay una parte que le inquieta un poco: «Ellos son siempre capaces de fabricarme estos papeles con los que por un lado me siento muy cómodo, pero por otro… no deja de ser preocupante que me guste tanto, visto el tipo de personaje de que se trata».

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