El excelso toreo de Borja Jiménez sale a hombros con Ureña

Da igual la plaza, la ganadería o los compañeros: Borja Jiménez triunfa siempre. Cortó dos orejas importantes a un descompuesto toro de Domingo Hernández que acabó haciendo bueno, y arrancó otra de otro sin clase alguna. Junto a él salió un Ureña que anduvo muy templado toda la tarde, y, por número de orejas, también pudo salir Castella, si bien el francés no quiso al serle protestado el segundo trofeo. Gestos de torero. Los mismos que tuvo el sevillano, que viene con la escoba.Devuelto el primer toro por inválido, salió un sobrero protestado por su presentación y posterior comportamiento en los primeros tercios, donde lo cuidaron, dejando un gran primer par Chacón , de mucho mérito por lo parado que estaba el animal. Y así llegó a la muleta. Lo intentó Castella por ambos pitones, hasta tesonero se puso, pero era imposible.Mejor suerte, aunque era fácil, tuvo Castella con el cuarto, un animal que repitió mientras se lo llevaba a los medios con bonitas verónicas. Tras el picotazo de varas y cuidarlo en banderillas, comenzó Sebastián por estatuarios. El animal tenía mucha clase, pero las fuerzas justitas, y pudo torearlo a placer el torero, que tiene un temple innato que sacó a relucir con las dos manos. Exprimió al de Domingo Hernández al máximo, terminando con un circular y arrimón final. Dejó una buena estocada tras pinchazo. Le concedieron el doble trofeo, pero, como había mucho público de Madrid, se escucharon pititos que hicieron que Sebastián, en un gesto torero, paseara solamente una.Noticia Relacionada estandar Si El hambre de triunfo de un torero de Suiza Rosario Pérez Sale a hombros con El Fandi, que desorejó a un toro de vuelta al ruedo en una seria corrida de Bañuelos. Y larguísima, con más de tres horas de duración en el cartel de banderilleros y con dos animales devueltosMás alegría tuvo el segundo de salida, parado por buenas verónicas por Ureña. Se dejó en el caballo, y quitó el murciano por saltilleas. Tras un buen segundo tercio, se desmonteraron Agustín de Espartinas y Azuquita. De hinojos se plantó Paco en el tercio para comenzar la faena, repitiendo el animal. Su única virtud, aparte de la nobleza, fue esa, porque como no llevara la carita tapada con la muleta, miraba a tablas y cantaba la gallina. Muy por encima estuvo el murciano, que le dejaba el engaño siempre en la cara para que eso no ocurriera. Intentó terminar toreando a pies juntos, pero era impracticable con el huidizo animal. Se puso imposible el de Domingo Hernández a la hora de entrar a matar, recorriendo toda la plaza bordeando el ruedo, y, tras él iba un Ureña que miraba desesperado. Metió el acero a la segunda y, aunque cayó algo desprendido, cortó una oreja.De nuevo, Ureña dejó un ramilletes de templadas verónicas de recibo, al igual que al sacar al toro del caballo. El toro tenía calidad, y Paco supo aprovecharla al natural, donde dejó dos tandas de categoría. Terminó la faena con una última tanda con la diestra buena, dejando una estocada corta algo desprendida.Cumbre fue el saludo de Borja al tercero, con el toro metiendo la cara, aunque la llevaba algo suelta. Durante toda la lidia mostró movilidad, a la par que poca clase. Se le coló al lidiador en banderillas, tercio tras el que brindó al público el torero. Allá fue suelto el toro, y se lo pasó por la espalda, enloqueciendo a unos tendidos entregados. Bajo los sones del pasodoble dedicado al de Espartinas, formó un alboroto: un muletazo de la primera serie fue prácticamente circular, dio tandas con muchísimo temple en las que logró mejorar ese feo calamocheo inicial con una gran técnica, combinando muletazos arrebatados, con otros con la figura relajada, en importantes series con la zurda. Así como un medio toro en manos de un mal torero se puede poner imposible, en manos de un gran torero puede parecer hasta bueno. Eso debió considerar la presidencia, que sacó un pañuelo azul inmerecido, porque fue Jiménez el que tapó y limó todos los defectos de este bravucón animal, y exprimió como un limón sus virtudes. Lo que sí fue de justicia fueron las dos orejas para el torero.Sentado en el estribo, muy torero, intentó recibir el sevillano al sexto, aplaudido de salida por su trapío, pero era muy abanto e imposible de parar, como ocurrió en la desordenada lidia. El mejor modo de cambiar eso: unos doblones poderosos hasta los medios. Y aquí, como si no tuviera ya dos orejas cortadas -y la puerta grande de una nueva plaza más, abierta-, con ambición y capacidad, sacó todo del desclasado y brutote animal y acabó cortándole una oreja. Es simple resumirlo diciendo que le valen todos los toros, pero así es.Navalcarnero Plaza de toros de Navalcarnero. Martes, 10 de septiembre de 2024. Casi lleno. Toros de Domingo Hernández, complicados los primeros tercios, desiguales en la muleta. Destacaron 4º y 5º por su clase. Se le dio una vuelta generosa al 3º. Sebastián Castella, de lila y oro. Estocada desprendida (silencio). Pinchazo y buena estocada (dos orejas). Paco Ureña, de coral y oro. Pinchazo y estocada desprendida (oreja). Estocada corta desprendida (oreja). Borja Jiménez, de azul pavo y oro. Gran estocada (dos orejas). Media (oreja).

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