El Papa celebra una misa ante 600.000 personas en Timor, y alerta: «Atentos a cocodrilos que quieren cambiarles la cultura»
El Papa Francisco ha tocado las fibras más sensibles de Timor Oriental al celebrar la misa en uno de los lugares más simbólicos del país. Se trata de la reserva natural de Tasi Tolu , «las tres lagunas», donde soldados de Indonesia fusilaron y enterraron hace pocas décadas a timorenses que luchaban por la independencia de Yakarta. Por eso cobra fuerza su llamada a estar atentos a los «cocodrilos que quieren cambiarles la cultura». «No se acerquen a ellos, que muerden mucho», les ha advertido. Aquí también celebró una misa Juan Pablo II en 1989, quien presenció cómo soldados de Indonesia actuaron con violencia contra unas docenas de jóvenes que alzaron pancartas contra la ocupación. Esta reacción dio visibilidad a la lucha por la independencia de Timor. Han pasado sólo 35 años de ese día , y por eso entre los peregrinos que este martes han asistido a la misa, había muchos que presenciaron lo que ocurrió. Uno de los testigos es Domingo Soares , que muestra orgulloso a ABC la pañoleta que recibieron los participantes y que él todavía conserva. Describe como si fuera ayer que «justo después de que Juan Pablo II diera la bendición final, unos 20 jóvenes comenzaron a gritar consignas a favor de la autodeterminación y a reclamar que se respetaran los derechos humanos». Recuerda que los militares indonesios reaccionaron rápido e intentaron reprimir la protesta, pero que saltaron algunas sillas en los enfrentamientos. «Yo también luché ese día contra la policía», presume Domingo en una mezcla de portugués e inglés. «Todos compartíamos la causa por la independencia», asegura.Noticia Relacionada estandar Si El Papa dice en Timor Oriental que «todos debemos actuar con responsabilidad para prevenir abusos de menores» Javier Martínez-Brocal | Enviado especial a Dili (Timor Oriental) El país no da crédito a las denuncias contra el héroe nacional, Carlos Felipe Ximenes Belo y algunos las consideran calumnias a pesar de que lo condenó el VaticanoOtra testigo , Maria Fatima , explica que esos jóvenes «expresaron el hambre y la sed de libertad en Timor con unas pancartas en las que pedían libertad en Timor Oriental». «La policía intentó detener la protesta porque entonces estábamos bajo ocupación», recuerda. La presencia de Juan Pablo II dio relieve internacional al gesto, que era probablemente la primera manifestación pública contra Suharto, presidente indonesio que había invadido el país en 1975. «Pasarían más de 12 años hasta que obtuvimos la independencia, pero ahí comenzó a resquebrajarse», explica Valentina, mientras trata de documentar con su móvil todo lo que ocurre. Domingo Soares muestra orgulloso la pañoleta que recibió en la misa de Juan Pablo II en 1989 Javier martínez brocalPara los timorenses, las dos ceremonias , la del 12 de octubre de 1989 y la de este martes, están muy ligadas . «Francisco viene a recordarnos quiénes somos, a recordarnos nuestras raíces, para no perderlas», asegura Carla, quien ha crecido escuchando esta historia en su familiaDe hecho, el hilo conductor del viaje del Papa Francisco a Timor ha sido ayudarles a que su cristianismo «se transforme en cultura» y no sea sólo un elemento identitario. Por eso alertó en su homilía de cuando «la práctica religiosa se reduce cada vez más a una mera formalidad» y propuso no limitarse a «asombrarnos y conmovernos», sino a hacer posible que la fe en Dios «pueda sanar nuestras heridas, arreglar nuestras divergencias, poner orden en nuestra existencia, hasta convertirse en el fundamento de nuestra vida personal y comunitaria, en todos los ámbitos».También el obispo de Dili, el cardenal Virgílio Carmo da Silva , ha asegurado que «hoy, este lugar vuelve a ser el epicentro de un acontecimiento histórico para el pueblo timorense». «Después de la visita de Juan Pablo II en 1989, que marcó el paso decisivo en nuestro proceso de autodeterminación, hoy la presencia de usted marca un paso fundamental en el proceso de construcción del país, de su identidad y de su cultura», le ha despedido.Como la homilía era poco explícita, después de la misa Francisco ha añadido un nuevo discurso improvisado. Les ha dicho que lo mejor de Timor no es «el sándalo o la teca, sino su pueblo». «Pero estén atentos, porque me dijeron que en algunas playas vienen los cocodrilos. Vienen nadando y tienen la mordida más fuerte de lo que manejamos. Estén atentos a esos ‘cocodrilos’ que quieren cambiarles la cultura, la historia . Y no se acerquen a esos ‘cocodrilos’ porque muerden, y muerden mucho», les ha dicho refiriéndose probablemente a las colonizaciones ideológicas. El Papa no ha aclarado a quién se refería exactamente, pero ha dado una pista mencionando «su cultura y su historia». También podría leerse como una referencia a la negociación en curso acerca de unos yacimientos en las costas de este país, y de las propuestas tanto de Sídney como de Pekín para su explotación. Dadas las altas temperaturas, más de 30 grados y más de un 50% de humedad , los organizadores han preferido que el Papa girara entre la multitud con el papamóvil al final de la misa, y no al principio. Francisco se ha conmovido por la sencillez con la que lo saludan estas personas , muchas de las cuales han acampado en este lugar para poder asistir a la ceremonia. Algunos extendían por el suelo la prenda típica del país, una especie de pañoleta amplia llamada tais, para que el papamóvil pasara por encima. El gobierno ha dado tres días de fiesta para que quienes lo desearan pudieran asistir a alguno de los encuentros con el Papa. No se esperaban que casi la mitad de sus habitantes, unos 600.000 del 1.300.000 de habitantes, asistieran a esta misa.