La niña que escapó de un matrimonio forzado a los tres días de su boda gracias a un vídeo que se hizo viral

Tenía 11 años cuando, gracias a un tío periodista y a un vídeo que se hizo viral, la yemení Nada Al-Ahdal consiguió huir de un matrimonio forzado . Después de que su hermana intentase suicidarse tras ser obligada a casarse, también siendo una niña, decidió pedir ayuda. «Faltaban tres días para mi boda. No dije nada y escapé. Hice el vídeo, se hizo viral, y sólo me protegieron porque los medios presionaron al Gobierno. Después de sobrevivir, quise ayudar a otras chicas y concienciar sobre las consecuencias del matrimonio infantil», explica Nada a ABC. Una decisión que tomó al constatar que « sabemos más sobre los peligros de consultar el móvil al volante que de matrimonios forzados ». Según estiman algunas oenegés, se produce uno cada tres segundos en todo el mundo. En Cataluña, los Mossos impidieron 17 sólo durante el año pasado y auxiliaron a víctimas de otros dos que ya se habían celebrado. En el resto de España fueron cinco. El principal escollo para erradicar esta lacara es que, a no ser que la propia menor o su entorno pidan ayuda, es muy difícil de detectar . Por este motivo, Nada, a sus 22 años, se ha instalado en el Reino Unido donde, además de estudiar Derecho Internacional, ha alumbrado una fundación que lleva su nombre para tender la mano a otras víctimas. « Nunca deberíamos pedir a una niña que huya sin proporcionarle antes un espacio seguro ». Hasta el momento, su organización ha auxiliado a 64 menores y también ha impartido cursos gratuitos de inglés a otras 600. La educación es la única vía, subraya la activista. Y es que «los padres son culpables pero también víctimas», porque se rinden a una práctica, en definitiva la trata de seres humanos, como «forma de control sobre las mujeres». Al-Ahdal insiste en la importancia de la concienciación. « Si las familias reciben la educación suficiente apoyarán la erradicación del matrimonio infantil . Al igual que acabó haciendo la mía, y ahora se niegan a casar a mis hermanas menores. De eso se trata, de alertar sobre las consecuencias». La joven yemení es consciente de que su caso es excepcional. «Mi hermana intentó decir que no y nadie la creyó. Sufrió durante meses. Mi tía lo aceptó. Se casó a los 14 años y terminó quitándose la vida. Para mí decir que no era la única opción», relata.Su tío estuvo –y sigue– a su lado, y aquel vídeo que compartió en Youtube y del que se hicieron eco medios de medio mundo hizo el resto. « Mirando atrás, yo debería haber contado con protección, no salir en las noticias [con sólo 11 años], pero fue mi única opción. No quiero que los niños tengan sólo una opción», sentencia. Junto a Nada, otra superviviente, y también activista, Payzee Mahom . Con 16 años la obligaron a casarse con un hombre mucho mayor. Sucedió en Londres, donde residía. Su familia la llevó a probarse vestidos a tiendas de novia –ella aún era tan menuda que todos le quedaban grandes–, también contrataron a una organizadora de bodas, pero nadie dio la voz de alarma. «Nadie pensó que había nada malo en esto», apuntó ayer la joven.Noticia Relacionada reportaje Si Casar a los hijos menores contra su voluntad: una forma de trata que aflora en España Érika Montañés Un «secreto» contado por una niña de 12 años a sus amigas la salvó de un destino amañado por sus padres. Es la punta del iceberg de un delito «invisibilizado» en EspañaPayzee escapó de la unión con un completo desconocido dos años después, por otro hecho dramático: su hermana decidió huir de otro matrimonio forzado y la asesinaron , en lo que se conoce como un ‘crimen de honor’, cuando los propios parientes matan a la mujer que rechaza la unión concertada. «La única razón por la que yo hui fue porque mi hermana perdió la vida. Este es el destino de muchas niñas», alerta. Y ocurre «también aquí», como fue su caso, no sólo en África o Asia. Ambas, Nada y Payzee, participaron ayer en una jornada sobre el matrimonio forzado en Barcelona . Un acto organizado por Naciones Unidas y La Roca Village para visibilizar esta lacra, en el que también intervino la fundadora de Nuevo Hogar Betania, Begoña Arana. Su asociación nació en 2011, después de que ella misma viese como pateras llenas de mujeres embarazadas llegaban a España. Víctimas de trata, explotadas sexualmente , y otras que también huían de matrimonios forzados en sus países de origen. «Estamos en una situación muy complicada, porque recibimos a muchas mujeres y niñas. Yo me agarro a ser el altavoz de las que no tienen capacidad de llegar a audiencias que puedan remover conciencias», subrayó.«Cambio sistémico»Arana, Premio Princesa de Girona Social 2019, constata una realidad creciente. « Al final, como país del primer mundo, estamos participando de este engaño de las redes criminales que torturan vidas . Además de trabajar en la recuperación y protección de estas mujeres, junto a las fuerzas y cuerpos de seguridad, tenemos que implicarnos para conseguir un cambio sistémico». Para ello, más allá de la estadística, indicó, «hay que centrarse en la ‘t’ mayúscula de trauma, tan difícil de borrar» de cada una de las supervivientes. «Estamos ante un delito transnacional. Repercute a todo el mundo y tenemos que combatirlo de forma comunitaria», instó.Ese es el motivo por el que Nada y Payzee –esta última, entre lágrimas– relatan todo lo que sufrieron ante quien quiera escucharlas, con el único objetivo de que sus historias no vuelvan a repetirse.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *