Descubren una inscripción paleohispánica de hace 2.000 años en una mina de Navarra
Investigadores de Navarra han descubierto en el complejo minero de Lanz una inscripción paleohispánica de unos 2.000 años de antigüedad , que podría ser vascónica y que supone «el hallazgo de estas características más septentrional encontrado en Navarra y el único de toda la Península Ibérica en el interior de una mina », según informa el Gobierno foral.«Esta inscripción no es solo importante por la excepcionalidad de su contexto arqueológico, sino porque constituye un nuevo documento de la alfabetización antigua en el territorio en una época en la que los procesos de romanización y latinización estaban ya avanzados, pero en la que las lenguas vernáculas seguían utilizándose y también escribiéndose », señalan en un comunicado.La escritura fue hallada en la mina Aierdi VIII, a 61 metros de la boca de la cueva y a 18 metros de profundidad, tras una gatera de 15 metros. Se encuentra a 84 centímetros del suelo, en la pared norte, y en ella se han identificado tres signos paleohispánicos grabados en la arcilla con un instrumento punzante, pero de punta roma, que ocupan una superficie de 23 centímetros de largo por 13 de ancho. Noticia Relacionada estandar Si Sorpresas en el abecedario del Turuñuelo: 27 signos con algunas rarezas Mónica Arrizabalaga El epigrafista Joan Ferrer i Jané presenta sus investigaciones en el XV Coloquio Internacional de Lenguas y Culturas Paleohispánicas Superpuestas a la inscripción, se observan ocho marcas que fueron realizadas posteriormente, aunque no se ha podido precisar el tiempo transcurrido entre ambas acciones. Aunque podría haber perdido un pequeño fragmento en la esquina inferior izquierda por las picadas de punterola posteriores, desde Cultura de Navarra señalan que «la inscripción parece estar completa».’Pendiente’ en vascoLos tres signos, que pueden transcribirse como ‘ikae’ o ‘igae’, pertenecen a un signario paleohispánico, aunque dada la brevedad del texto y la falta de apoyos comparativos, los investigadores no han podido determinar con seguridad en qué variedad de los signarios paleohispánicos está escrita y a qué lengua hay que atribuirla. Teniendo en cuenta el lugar de hallazgo, «existe la posibilidad de que se trate de una inscripción vascónica» , señalan desde el Gobierno de Navarra.Esta hipótesis estaría apoyada por la similitud de la posible transcripción con palabras vascas como ‘ik(h)ai’ ‘pendiente’ , empleada por el poeta en lengua vasca del S. XVII, Arnaud Oihenart, y cuyo significado sería compatible con el lugar en el que se grabó el texto. «En todo caso, la escasez de conocimientos sobre la realidad lingüística de la época obliga a tomar esta hipótesis con cautela», remarca el comunicado.Aunque la inscripción no ha podido ser datada de forma directa, el contexto arqueológico en el que se encuentra ha sido fechado en laboratorio por carbono 14 y se puede deducir que pudo ser realizada hace unos 2.000 años, en pleno proceso de explotación de la mina en época romana .Aunque hay datos de que las primeras explotaciones en Lantz pudieron comenzar al final de la Prehistoria, se cree que los romanos pusieron en marcha y organizaron el complejo minero en el cambio de era, coincidiendo con la construcción de la calzada Pompelo-Oiasso, que garantizaría una eficaz evacuación de la producción hacia variados destinos. Los primeros datos que ofrecen las investigaciones apuntan a que pudiera convertirse en uno de los cotos mineros más importantes de la antigüedad en el Pirineo Occidental.Ante la importancia del hallazgo, y dada la vulnerabilidad del conjunto arqueológico la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana ha decidido restringir el acceso a la mina de Aierdi VIII a usos relacionados exclusivamente con actividades de investigación.Investigaciones en el complejo minero de LantzLa Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana, en colaboración el Ayuntamiento de Lantz, coordina desde 2022 un proyecto de catalogación e investigación del complejo minero de Lantz en el que participan investigadores de distintas disciplinas, como la arqueología, la geología, la química, la espeleología o la epigrafía; procedentes de diversos centros de investigación como las universidades de Toulouse, País Vasco, Burgos o Barcelona.En las primeras prospecciones arqueológicas, que abarcaron un espacio de casi dos kilómetros cuadrados, incluido el barranco de Aierdiko Erreka en el que se circunscribe el complejo minero, se localizaron más de 30 puntos de explotación a cielo abierto y al menos 20 bocaminas con galerías mineras subterráneas. De esa veintena, hasta el momento se han prospectado arqueológicamente tres: Aierdi III, Aierdi IV y Aierdi VIII, y se han comenzado excavaciones arqueológicas en Aierdi IV.