Urtasun culpa a Iceta del mal estado de la Biblioteca Nacional: «Cuando llegamos encontramos toda una serie de desperfectos»

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun , ha tratado de desmarcarse de la responsabilidad por las inundaciones sufridas la semana pasada en la Biblioteca Nacional de España (BNE), atribuyendo al equipo anterior los desperfectos que llevan provocando desde hace al menos dos años goteras muy peligrosas para el patrimonio bibliográfico. «Nosotros cuando llegamos al Ministerio de Cultura encontramos toda una serie de desperfectos en la cubierta. Hemos estado actuando con celeridad desde el primer momento. Hemos invertido ya más de dos millones de euros en distintas actuaciones», se defendió el titular de Cultura, que anunció un «estudio para ver si el alcance de las actuaciones que tienen que hacerse tiene que ser más amplio».El también portavoz de Sumar se ha pronunciado así ante los periodistas en la propia Biblioteca Nacional, a la que ha acudido para presentar el programa de ‘España País Invitado de Honor’ en la Feria del Libro de Guadalajara 2024. «Tenemos un protocolo de actuación inmediata, en el caso de que haya filtraciones, para también proteger los fondos, que es lo que hemos hecho», añadió Urtasun. Según las primeras estimaciones, en esta ocasión se han dañado unos cien ejemplares del fondo moderno. «Vamos a elaborar un estudio para ver también el alcance de los desperfectos y para ver si es necesario ir más allá de las actuaciones que se están realizando en estos momentos. Cuando se produjeron las filtraciones se actuó de inmediato, con celeridad. Quiero agradecer a la Gerencia de Infraestructuras y al personal de la Biblioteca Nacional que actuó enseguida y no se ha producido ningún daño significativo de ningunos fondos. Estamos actuando».Urtasun añadió que como ministro es «consciente» del problema: «Me hago absolutamente cargo de la preocupación que ha levantado esta cuestión alrededor de las filtraciones de la Biblioteca Nacional y quiero dar un mensaje de tranquilidad, estamos actuando. Estamos actuando desde el primer minuto que llegamos y estamos viendo si tenemos que ampliar el alcance de las actuaciones. Desde que llegamos, insisto, nosotros encontramos una serie de desperfectos en el tejado fruto de tormentas anteriores y hemos estado actuando desde entonces». Noticia Relacionada «Cundió el miedo» estandar Si Las goteras en la Biblioteca Nacional ponen en «grave riesgo» el patrimonio Jaime G. MoraEl fuerte aguacero que cayó el miércoles en Madrid provocó importantes goteras en la BNE, en la sede de Recoletos. El agua empezó a caer el miércoles por la mañana en la planta 12 del depósito general, la más alta del edificio. Con el paso de las horas el agua se filtró hasta la planta 10. Aunque no hay un recuento oficial, se estima que se han podido dañar entre cincuenta y cien libros. Óscar Arroyo , director de la BNE, aseguró que todos los ejemplares afectados son del fondo moderno y que se podrán salvar sin problema: «De todo lo que puede pasar climatológicamente, los daños del agua son casi lo de menos. El agua hay veces que no es un elemento que destruya, consolida las fibras. […] Hemos retirado los libros de esa parte del depósito y ahora están bajo el cuidado del departamento de conservación».El problema viene de lejos, y aunque parecía ya solucionado las goteras no dejan de reaparecer. En diciembre de 2023, el Ministerio de Cultura aprobó unas obras de emergencia por valor de casi dos millones de euros para reparar la impermeabilización de las cubiertas de la Biblioteca Nacional, entre otras cosas. Las intervenciones empezaron en enero, justo cuatro meses después de que la por entonces directora de la institución, Ana Santos , lo solicitase. Con la DANA de septiembre de 2023 se habían activado todas las alertas. Entonces se dañaron alrededor de mil documentos del Departamento de Música y Audiovisuales debido a las goteras que hubo en ocho dependencias distintas de las dos sedes de la BNE (Recoletos y Alcalá de Henares). El pasado mes de agosto , otro aguacero provocó inundaciones en la sala de lectura María Moliner, afectando a los ejemplares que se custodiaban allí. «Lo de agosto fue peor, efectivamente. La empresa retiró las juntas y llovió, pero ya está arreglado», explica Óscar Arroyo.

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