Vázquez Consuegra: «Nuestro proyecto para las Atarazanas se distancia del conservadurismo dogmático que fosiliza la historia»

La controversia que ha rodeado siempre al proyecto de Guillermo Vázquez Consuegra para las Atarazanas ha tenido una respuesta por parte del arquitecto en la conferencia que ofreció hace unas semanas. El autor de la intervención en los antiguos astilleros asfonsíes hizo una conclusión al final en la que puso de manifiesto su filosofía respecto de la intervención que debía realizarse en las Atarazanas, y lanzó alguna puya a quienes han criticado su trabajo:«Es un proyecto que entiende las Atarazanas como esa superposición de estratos históricos , como consecuencia del depósito de las distintas culturas sobre el monumento a lo largo del tiempo, respondiendo así a la complejidad del verdadero discurso de la historia. Nuestro proyecto se distancia del conservacionismo dogmático que fosiliza la historia al anclarla en un momento de su construcción impidiendo las distintas aportaciones de valor arquitectónico a lo largo del tiempo. La tradición tiene que ser mantenida pero ha de ser vivificada, fertilizada y fecundada por estos intercambios de cultura», señaló.La filosofía del proyecto de Vázquez Consuegra, en su habitual argot, la autodefine de esta forma: «La intervención podemos decir que se mueve en la confluencia de dos impulsos: el paso del tiempo y la relación con la ciudad. El monumento no es el testimonio de un solo tiempo y esto alcanza categoría de paradigma. Y es en este hacerse a lo largo del tiempo con la evolución de la ciudad donde lleva implícito el aceptar como valor singular la presencia de todos los estratos que se han ido depositando a lo largo del tiempo». Y continúa: «No puede ser considerado como un edificio arqueológico esclavo , un artefacto ensimismado, sino que forma parte esencial del tejido urbano de la ciudad. Así ha sido siempre, yuxtaposición y promiscuidad» . El arquitecto entiende que see esta produciendo «una sustracción del espacio público de la ciudad» y le parecía que este proyecto era una ocasión «para ofrecer a la ciudad un ágora cultural cubierto . Un nuevo espacio público cualificado en el interior del edificio».El duelo por el CaixafórumAsimismo, se mostró crítico por la forma en la que el Ayuntamiento dilató la concesión de la licencia de obras para el Caixafórum, pese a tener ya el informe favorable de la Comisión de Patrimonio: «La Caixa, aprovechando una herencia sobrevenida en la Torre Pelli, decidió llevarse allí el Caixafórum. Perdió la ciudad y el edificio».

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