¿Para cuándo un último vals de José Tomás?
Joaquín Sabina, el poeta que quiere que el fin del mundo nos pille bailando, ha sacado de chiqueros su ‘Ultimo vals’. Y lo ha hecho rodeado de una cuadrilla de tronío: de Leire a Serrat, de Calamaro a Ricardo Darín. De José Tomás a… Naide. Porque como José Tomás ninguno. Con las canas sin teñir en ningún escenario, con su barba de náufrago por el que todas las islas se pelearían, ¿para cuándo un último vals, maestro? Dos temporadas sin usted son muchas temporadas. Aunque -‘sintiéndolo mucho’-, ‘deshojemos margaritas’ de plazas que nunca anuncian al de Galapagar, seguiremos siendo ‘cinturón negro’ del mañana sí. Noticia Relacionada Entrevista con el cineasta reportaje Si Albert Serra estrena ‘Tardes de soledad’: «¿Por qué los toros? ¿Por qué no prohíben la guerra?» Rosario Pérez El director de cine catalán se arrima a la tauromaquia con ‘Tardes de soledad’Ni veinte horas de vida lleva ‘Un último vals’ de Sabina y ya ha sido reproducido miles y miles de veces. Como ‘rescate de las llamas’ de la vulgaridad, sin inteligencia artificial en las letras, con Fernando León de Aranoa como director de lidia de un videoclip excepcional. Tan cinematográfico, con confesiones sin luz de luna en la barra de un bar. De quien sabe lo que es cenar entre sábanas blancas de hospital. Como José Tomás. De maestro a maestro. Porque Sabina también tiene cornadas de Navegantes: «Sí, alguna me han dado. De hecho, tengo una que parece una cesárea».’El último vals’, como bellísima metáfora del paso del tiempo. Cuando se toque reguetón en las plazas y antes de que la afición haga ‘huelga general’, ¿para cuándo ese (pen)último brindis de José Tomás?