‘Enjaulados’ en Vallecas por el cierre de dos puentes sobre la A-3

En el polideportivo municipal Cerro Almodóvar están tan cansados de recibir las quejas de los vecinos por el rodeo de casi un kilómetro (rampas incluidas) que tienen que dar para llegar hasta allí, que en recepción han decidido colgar un cartel con el número de teléfono de Demarcación de carreteras, dependiente del Ministerio de Transportes. Así, al menos, las reclamaciones llegan donde corresponde. El motivo de esta vuelta no es otro que el cierre de las dos pasarelas sobre la A-3 que conectaban la zona más residencial del barrio de Santa Eugenia con el CEIP Ciudad de Valencia, el Instituto Santa Eugenia, el Polideportivo Cerro de Almodóvar y el Club Deportivo Santa Eugenia.La primera, explica Manuel Martínez, presidente de la Asociación de Vecinos La Colmena, situada frente al polideportivo municipal (en el PK 9+520 de la A-3), se clausuró hace más de un año. Colocaron una pequeña valla de obra que la gente se acababa saltando, reconocen Paco Millán y Roberto Alonso, que llevan casi 50 años viviendo en el barrio, «por pura rebeldía». A priori, no fue una gran pérdida, pues contaban con una pasarela gemela a unos cien metros (en el PK 9+480). El problema es que esta se cerró también a finales de septiembre . Ahora, a la entrada de ambas hay una valla de casi dos metros, y un cartel que reza: ‘Acceso prohibido por riesgo de colapso estructural’. Un problema que, según los técnicos, se agrava con el mal tiempo. También han colocado un segundo letrero que indigna a los cerca de 20.000 vallecanos que viven en la zona: ‘Próxima pasarela peatonal a 400 metros’. Como si la meta estuviese cada vez más cerca, en la otra hay un cartel similar para consolar o animar al viandante: ‘Próxima pasarela a 300 metros’. «Ya cruzábamos unos pasos que daban miedo. Desde que se colocaron, hace unos 60 años, aquí ha habido muchos gobiernos y ninguno ha hecho nada porque esto es Vallecas, así de claro lo digo. Si fuera Chamartín te aseguro que no hubiera habido ningún problema. Por eso tenemos ahí la incineradora y por eso han tardado años en construir el acceso al hospital. Esto es un abandono histórico », lamenta el presidente de La Colmena mientras muestra la brecha que les separa de las dotaciones deportivas y educativas de la zona. «Un drama»Estos cruces llevaban fallando, admiten estos paisanos, unos doce años. Son estrechos, angostos, con unas protecciones laterales de poco más de un metro inclinados del uso . Poco tienen que ver con los modernos pasos con carril bici que se construyen ahora, pero al menos cumplían su función. «Se han pintado de vez en cuando, se ha reparado el firme… pero el problema es que la base se ha ido pudriendo, ya no admiten más reparaciones. Dicen que un camión dio a la viga y eso ha sido el golpe definitivo», comenta Millán, mientras muestra los golpes y partes oxidadas de este puente que divide a la que fue «la ciudad residencial alfombra verde de Madrid», como la apodaban hace años. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 1037 Código APP«Para quien vive en la zona de la calle de Virgen de las Viñas, de Fuentespina, de Poza de la Sal es un drama, porque, para ir a la piscina o al instituto, tienen que dar toda la vuelta al barrio para cruzar por la única pasarela que queda o recurrir al paso subterráneo, que está al lado», apunta Millán, que lamenta que hayan tenido que cerrarse por problemas graves para que las instituciones hagan «lo que tenían que haber hecho a su tiempo». Este único puente que queda abierto está frente al colegio. Alonso, con casi 80 años, va todas las mañanas a gimnasia . No obstante, ahora, al tener que dar un rodeo, tiene que recorrer casi un kilómetro antes de empezar la sesión. Llega ya a la clase con el calentamiento hecho, como poco. Además, señala, la única pasarela abierta es elevada y obliga a subir y bajar varias rampas: «La barandilla está inclinada y cimbrea». Por si el mal estado de la vía fuera poco, hay que sumarle la alta ocupación que soporta desde que cerraron las otras dos. «¡A ver si seguís moviendo el tema!», gritan unos viandantes mientras los representantes de la asociación vecinal enseñan a este diario cómo se ha complicado la movilidad a pie en el barrio. Incluso fuera de la hora punta de entrada a las aulas, el trasiego por este cruce es constante. «Ir en coche por el subterráneo no te resuelve mucho, porque a las 9.00 horas la zona del colegio se pone imposible», añade Alonso. Algunos jubilados, que pueden ir a hacer deporte a cualquier hora, reconoce este vecino, han movido sus clases para huir de la hora punta. El polideportivo, que tiene también piscina, cuenta con cerca de mil usuarios , calculan en recepción. «Somos la zona cero, los más afectados», admiten. Aún no han tenido demasiadas bajas, pero temen que el mal tiempo, sumado a un acceso cada vez más complicado, acabe por desanimar a los usuarios. Preocupación en el barrio Arriba, el único paso que queda abierto, dañado. Abajo, la recepción del gimnasio con el teléfono de Carreteras y un detalle del puente dañado. Fotos: Ignacio GilEl asunto de las pasarelas lleva meses en los despachos del Ministerio de Transportes. El anteproyecto ‘Adecuación, reforma y conservación de la autovía A-3 de Levante. Tramo: Madrid (M-30)-L.P. Cuenca)’, aprobado el año pasado, planeaba la demolición de las dos cerradas y la construcción de una de 6,4 metros entre ambas, en el PK 9+470, así como la destrucción de la única que queda abierta y la instalación al lado de una nueva, de 3 metros, en el PK 9+090. El problema es que lo que era un proyecto de mejora para Santa Eugenia es hoy una necesidad acuciante. Vía rápidaMás de 1.700 personas han firmado una petición en Change.org para que arreglen unas pasarelas «vitales» para ellos. «Nosotros hicimos nuestras alegaciones, pedimos además parapetos de seguridad para que los vecinos no tengan sensación de vértigo o mareo y la instalación de una cubierta protectora para protegerlas de la lluvia. También creemos que se debía contemplar la mejora de los accesos a las paradas de autobús que están a pie de carretera. Y volvimos a plantear la instalación de pantallas contra el ruido», detalla Manuel Martínez.A petición de los vecinos, desde el grupo socialista, explica su concejal Ignacio Benito, se pusieron en contacto con Delegación de Gobierno para trasladarles la necesidad de tomar medidas «urgentes». «No nos dieron fecha, pero prometieron tramitarlo con urgencia, con la ventaja de que con este procedimiento los plazos administrativos se reducen drásticamente. Siguen con cuestiones burocráticas, pero afirman que la aprobación es inminente », puntualiza. madrid_dia_0703Carlos González, concejal presidente de Villa de Vallecas, explicó durante el último pleno del distrito, celebrado el 8 de octubre, que, tras presentar una iniciativa para instar al Ministerio de Transportes a que les ofreciese información sobre el cierre de las pasarelas, este se puso en contacto por fin con ellos para trasladarles que «una presenta fallo estructural y la otra hay que restaurarla». «Dicen que van a tramitarlo por vía de urgencia por lo que el comienzo de la demolición se tiene previsto para dentro de 7 a 15 días y después iniciar la restauración de la otra, que va a durar entre 5 y 6 meses », apuntó González. «Le hemos solicitado premura, pero no tenemos competencias para más», añadió. Este diario también se ha puesto en contacto con el Ministerio de Transportes en varias ocasiones, pero no ha obtenido respuesta.Con todo, los vecinos, escépticos, no esperan que todo vuelva a la normalidad «al menos hasta dentro de un año». No quieren que la relación entre administraciones de distinto signo político alargue su calvario: «Si quieren que se peleen, pero que lo hagan».

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