Han Kang, una Nobel ‘lost in translation’: el escándalo que siguió a su éxito en Inglaterra
Este jueves, la Academia Sueca anunció que la escritora surcoreana Han Kang ha sido galardonada con el premio Nobel de Literatur a . Conocida a nivel internacional por su novela ‘La vegetariana’ , publicada en 2007 y traducida al inglés en 2015, Han Kang , según la crítica, ha conquistado el escenario literario gracias a su particular estilo, marcado por una combinación de lo poético y lo narrativo. Sin embargo, detrás de este gran éxito literario se esconde una controversia que ha suscitado un profundo debate sobre los desafíos de la traducción literaria y la fidelidad a la obra original.Aunque en Corea del Sur ya es desde hace tiempo una figura relevante, su reconocimiento internacional despegó con la traducción al inglés de ‘La vegetariana’, novela que en 2016 le valió el premio Man Booker International . La obra es, cuando menos, peculiar. Narrada en tres partes, cada una desde la perspectiva de diferentes personajes cercanos a la protagonista, Yeong-hye, la novela sigue la historia de una mujer que, tras tener sueños perturbadores, decide dejar de comer carne y se convence de que está convirtiéndose en una planta. Esta decisión aparentemente sencilla e individual desata un torbellino de reacciones que van desde el rechazo de su familia hasta episodios de violencia y aislamiento, que sirven a la autora para exponer las tensiones ocultas en las dinámicas familiares y sociales de Corea del Sur. La obra fue rápidamente elogiada por su capacidad de abordar temas como la opresión patriarcal, la alienación y el sufrimiento corporal desde una perspectiva feminista.A pesar de su éxito, la traducción al inglés realizada por la británica Deborah Smith , pronto se vio envuelta en una acalorada controversia. El debate comenzó en 2016, cuando el crítico literario Tim Parks publicó una reseña en ‘New York Review of Books’ en la que criticaba duramente la traducción de Smith, cuestionando cómo había logrado ganar el Man Booker International Prize. Parks señaló que «el drama de la novela no es ni discreto ni cautivador» y que la traducción presentaba «importantes problemas con el registro y el idioma ».Algo interesante de esta crítica es que Parks planteaba la pregunta crucial de si había sido Smith fiel a la obra original, pese a que admitió no hablar coreano. Sin embargo, este cuestionamiento cobró mayor fuerza cuando el académico surcoreano Charse Yun, en un artículo de ‘Korea Exposé’, señaló que hasta u n 10.9% del primer capítulo había sido «mal traducido» y otro 5.7% del texto total había sido «omitido» en la versión inglesa. Yun llegó a comparar las diferencias estilísticas entre ambas versiones con un choque entre Raymond Carver y Charles Dickens, sugiriendo que el estilo sobrio y contemporáneo de Han había sido «adornado» en exceso en la traducción al inglés.Entre los múltiples errores señalados, algunos críticos destacaron la confusión entre las palabras «bal» (pie) y «pal» (brazo) en una escena crucial, donde la protagonista describe sus extremidades mientras atraviesa un bosque. En lugar de referirse a sus brazos desgarrados, Smith había escrito «mis pies desgarrados», un error que, aunque menor, fue tomado como un ejemplo de cómo la traducción se alejaba del espíritu del original.Pero el problema no se limitaba a errores gramaticales o de vocabulario . Los críticos surcoreanos y algunos académicos argumentaron que Smith había modificado el tono y el estilo de la novela , haciendo que la traducción pareciera casi una obra distinta. El académico Kim Wook-dong fue más allá, publicando un extenso análisis en ‘Translation Review’, en el que calificaba los errores de Smith como «fundamentales» y atribuía las fallas a su «falta de comprensión del idioma coreano» .Según Kim, una de las confusiones más notorias fue el uso de la palabra «bit», que en coreano puede significar tanto «luz» como «color». En un pasaje donde Han Kang se refiere al «color verde» de las hojas en un bosque, Smith lo había traducido como «luz verde», lo que, según Kim, alteraba el sentido poético del original. Estos cambios, aunque aparentemente sutiles, fueron interpretados como una falta de rigor en la traducción.La controversia en torno a ‘La vegetariana’ abrió un debate más amplio sobre los desafíos inherentes a la traducción literaria. En respuesta a las críticas, Deborah Smith argumentó en una entrevista para ‘LA Review of Books’ que «no existe tal cosa como una traducción literal», ya que cada idioma tiene una gramática, vocabulario y peso cultural distintos. Para Smith, traducir es inevitablemente un acto creativo : «Decir que mi traducción al inglés de «La vegetariana» es un ‘libro completamente diferente’ al original coreano es, en un sentido, completamente correcto. Toda traducción implica un grado de interpretación », defendió entonces.A pesar de las críticas, Han Kang defendió a su traductora , afirmando que los supuestos problemas de traducción no afectaban el núcleo de su obra y que la versión inglesa de Smith transmitía con fidelidad el mensaje principal de la novela. Sin embargo, este respaldo no logró silenciar el debate, que expuso las tensiones entre los diferentes enfoques en el campo de la traducción. Mientras que los traductores originalistas se esfuerzan por preservar cada detalle del texto original, los activistas están más interesados en adaptar la obra para que resuene en el nuevo idioma, buscando una musicalidad y fluidez que puedan hacerla más accesible a los lectores de esa otra lengua. Este dilema no es exclusivo de la literatura coreana. Como señaló el crítico James Wood en su reseña de una traducción de ‘Guerra y paz’ de Tolstói , «los traductores literarios tienden a dividirse en originalistas y activistas», (en español podríamos hablar de «traductores fieles» o «literalistas» para referirnos a los originalistas, y de «traductores adaptativos»). «Los primeros», dijo Wood, «honran las peculiaridades del texto original, y se esfuerzan por reproducirlas lo más fielmente posible en el idioma traducido; los segundos se preocupan menos por la exactitud literal que por la apelación estética de la nueva obra». El caso de ‘La vegetariana’ refleja este eterno debate entre la fidelidad y la creatividad en la traducción literaria.A pesar de la controversia, el éxito de la obra marcó un hito para la literatura coreana en el escenario internacional y Han Kang se consolidó como una de las voces más importantes de la literatura contemporánea. Sus obras posteriores, como «Actos humanos» y «El libro blanco», también fueron traducidas por Smith, y exploran temas como la violencia, el duelo y la memoria histórica.El Nobel de Literatura de 2024 no sólo reconoce a Han Kang, sino que también pone de relieve la creciente relevancia de la literatura asiática en el panorama global. Sin embargo, también pone de nuevo sobre la mesa los retos inherentes a la traducción literaria y la compleja relación entre el texto original y su versión traducida. Como bien señaló Smith: «Las traducciones deben ser criticadas; un compromiso crítico e informado es parte de una cultura de traducción floreciente».Anders Olsson, presidente del comité del Nobel, indicó que Han Kang tiene una «conciencia única de las conexiones entre el cuerpo y el alma, los vivos y los muertos, y en un estilo poético y experimental ha revolucionado la prosa contemporánea».