Noticia

Quentin Tarantino es una de las figuras más relevantes del mundo del cine en las últimas décadas. El director, guionista y productor estadonidense ha sido mundialmente aclamado desde que hizo su debut en el séptimo arte con ‘Reservoir dogs’ allá por 1992.Con una trayectoria incuestionable como la de Tarantino, cuya filmografía habla por sí sola, es lógico que sus opiniones se tengan muy en cuenta y causen revuelo. Decimos revuelo porque se trata sin ninguna duda de una persona tan particular y carismática como controvertida , especialmente en lo que a sus gustos cinéfilos se refiere, al contrario de lo que ocurre con otros directores consagrados, con preferencias mucho más clásicas y normativas.Así sucedió cuando el ganador del Óscar al mejor guion original por ‘Pulp fiction’ y ‘Django desencadenado’ conoció al director español Álex de la Iglesia , gran admirador del norteamericano. Este no podía imaginarse la pregunta que Tarantino iba a hacerle: «¿Habría alguna forma de conseguir una copia de ‘Sevilla Connection’?». La cara del que fuera presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España tuvo que ser un poema, pero su interlocutor insistió en su interés por hacerse con el filme, del que se declaraba fan.’Sevilla Connection’ no es sino una irreverente película del género cómico estrenada en 1992, casualmente el mismo año del debut cinematográfico de Taratino, dirigida por José Ramón Larraz con guion de César y Jorge Cadaval, los Morancos, que son además los protagonistas .En esta cinta poco recordada y con una crítica no especialmente benévola, los hermanos Cadaval se meten en la piel de Benny y Johnny, dos agentes especiales sevillanos instruidos en Miami que vuelven a la capital hispalense contratados por la Policía de Triana para investigar el tráfico de armas y drogas durante la Expo 92 , aunque las cosas no van todo lo bien que deberían.Ahora, más de tres décadas después, la primera ―y de momento única― incursión de los Morancos en el mundo del cine gana prestigio con el honor de tener a toda una figura de la talla de Quentin Tarantino como admirador. Si el excéntrico director de Hollywood acabó consigiendo su copia física del filme o no ya es un misterio.