«Roca Rey tuvo mucha suerte, podríamos estar hablando de algo peor»

Son de otro planeta. Mientros muchos se levantan hoy destrozados por la tensión vivida en Las Ventas, Andrés Roca Rey está animado, sin quejarse pese a los lógicos dolores por una cornada de dos trayectorias de 15 centímetros en el muslo, que contusionaban el ciático y afectaban también al glúteo mayor. «Una zona muy dolorosa». Y no sólo eso: la paliza fue terrible, con el toro de Fuente Ymbro zarandeándolo por la hombrera, con golpes que iban de la cabeza al pecho, del pecho a la cabeza. Un horror del que salió vivo. Un milagro más en una tarde en la que se sucedieron los mantos divinos con una serísima corrida, con muchas complicaciones, de esas que piden el carnet de Torero. Y aun así, con la carne abierta, Roca Rey quería salir de la enfermería y rematar su tarde: «Él quería, pero no podía, no le dejaron. Su intención es siempre salir y torear. Dio una tarde muy seria y su deseo era concluir, pero tuvieron que ponerle sedación total. La verdad es que hubo mucha suerte, le contusionó el ciático; si llega a afectarlo más estaríamos hablando de algo mucho peor, pues hay gente que se queda coja », explica su director de comunicación, Joserra Lozano. Su ‘community manager’ vio en primera línea la cogida. Desde el callejón, junto a Fernando Roca Rey, hermano del torero. «Me asusté muchísimo». Como toda la plaza, dividida en dos bandos mientras la máxima figura emprendía el camino hacia el hule. Entró al callejón por el portón de arrastre, como desnortado. «No sabía ni dónde estaba». El golpe fue de aúpa. Pese a no asomar en su rostro ningún rictus de dolor, pero cojeando: apenas podía caminar. Era el cierre de su temporada europea y aún es pronto para saber cuánto tiempo tendrá que estar convaleciente. De momento, la recomendación médica es que permanezca en la madrileña Fraternidad al menos hasta el miércoles.

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