Zotal en el PSOE

El próximo 29 de noviembre comenzará en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla el 41º Congreso Federal del PSOE, una cita crucial para el futuro inmediato del partido. La organización se ha encontrado con un problema con el que no contaba, y que no se refiere al cupo fiscal catalán, ni a los pactos con Bildu, ni a las tensiones internas con varios barones del partido. Solo cinco días antes acaba en el mismo escenario el Salón Internacional del Caballo (Sicab), el mayor escaparate internacional del Pura Raza Española, que reúne a cerca de un millar de equinos procedentes de más de 300 ganaderías nacionales e internacionales. La proximidad entre ambas citas obliga no solo al desmontaje contrarreloj de los stands y el escenario que acoge los espectáculos ecuestres de Sicab, sino a una intensa limpieza, porque el olor de las cuadras suele perdurar durante varios días. Hablando en plata, los operarios de Fibes tendrán que echar mano de una dosis extra de Zotal para que el congreso federal del PSOE no huela a mierda de caballo.La anécdota de la coincidencia de fechas es una metáfora válida, porque los socialistas van a necesitar mucho desinfectante para defender las decisiones políticas que Pedro Sánchez ha tomado para mantenerse en la Moncloa pese a haber perdido las últimas elecciones generales. La ruptura del equilibrio interterritorial para dotar a Cataluña de fiscalidad propia o la remodelación de la Ley de Seguridad Ciudadana siguiendo las propuestas de Bildu son iniciativas cuyo mal olor compite con la hediondez de las cuadras de Sicab. El PSOE utilizará la cita de Sevilla para blanquear no con Zotal, sino con ovaciones norcoreanas de la militancia, la anunciada normativa sobre bulos para controlar a medios no afines o la connivencia con el gobierno de Maduro.Hay quien apuesta porque el congreso federal servirá también para ‘limpiar’ a importantes cargos socialistas que han perdido el apoyo del jefe supremo, incluido algún barón territorial. No sería una novedad, porque el Saturno socialista ya ha devorado a varios de sus hijos, de Iván Redondo a José Luis Ábalos, pasando por Adriana Lastra. La expectación desde Andalucía está en si una cadena de relevos podría afectar a Juan Espadas, cuyo liderazgo sigue sin despertar grandes entusiasmos en una comunidad autónoma decisiva en el rompecabezas electoral. Sánchez tiene, no obstante, dos grandes razones para no forzar un relevo: la relativa proximidad de los comicios –ya se ha superado la mitad de la legislatura, y además Juanma Moreno siempre dispondrá de la bala del adelanto electoral– y la falta de relevos de garantías en un PSOE que ha perdido la práctica totalidad de su poder territorial en Andalucía y cuyos dirigentes nacionales están quemados por la gestión de Sánchez. Si uno tuviera que apostar en el hipódromo político lo haría por la continuidad de Espadas… aunque no sea caballo ganador.

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