Los derbis ligueros se le hacen un mundo al Betis de Pellegrini (1-0)
No hay manera. El Betis pensaba que ya le tocaba ganar un derbi en la era Pellegrini y sigue sin saborear en LaLiga las mieles, sino que se queda con la hiel de la derrota. Con Pellegrini no sabe descifrar los duelos de eterna rivalidad en la competición de la regularidad. Una pared infranqueable, una maldición, una cuestión que da que pensar. Porque hemos visto en estos años a muchos tipos de Betis en estos duelos. El que merece más, el que puede arrollar, el que tiene ocasiones, el que sabe gestionar, el que mejora en defensa. Pero ninguno es capaz de ganar este tipo de partidos más allá de aquellas dos tardes de enero en la Copa. En esta etapa tan exitosa se le hace un mundo al Betis los derbis. Y no tiene explicación.Porque es verdad que no estamos ante un equipo que exhibe la superioridad futbolística de otros años, cuando tampoco supo ganar, pero sí se mostraba una igualdad previa que en el campo sólo supuso más balón para el Sevilla y dudas dentro de ocasiones iniciales pero poca pegada de los verdiblancos, entregados a un Lo Celso marcado con intensidad y a un Abde absolutamente superado por el encuentro. Es Pellegrini un técnico indudable en su nivel y su repercusión no sólo en el presente y sino en la historia de la entidad de las trece barras pero el jerogífico de los derbis, esos duelos que son tan importantes en clave local, no está resuelto bajo su mando. Y no van pocos. Deuda gruesa pendiente en su casi inmaculada hoja de servicio y frustración garantizada en clave bética.Porque en líneas generales se vio a un Betis impotente. Que picó con oportunidades en la primera mitad pero al que le faltó fluidez en el juego, que estuvo lento y poco intenso en los duelos, que no supo interpretar lo que el partido le iba pidiendo y que casi siempre expresó las líneas del diálogo que le proponía el rival. No fue un equipo mandón y agresivo, ni mucho menos . Y el choque tuvo hasta pasajes parecidos al de Varsovia, con otros elementos en el campo. El parón dará para retocar lo que sea pero este Betis no debe ser tan irregular e inestable si quiere aspirar a lo que está dibujado. El arranque dibuja un partido con el Betis viendo el balón en las botas del rival, incómodo en su presión y recalculando ruta esperando más en campo propio para evitar desajustes. La intensidad local, esperada, desbarata la salida de pelota verdiblanca y mientras Bellerín aguanta en pie el baile con Ejuke, Ricardo Rodríguez sólo ve sombras con Lukebakio. Merodea el Sevilla la zona de Rui Silva pero sin generar peligro. De hecho, su primer disparo es un gol anulado a Ejuke por fuera de juego previo de Agoumé. Martínez Munuera acierta ahí con ratificación del VAR pero muestra que ha planteado un derbi permisivo para no cargar el choque de tarjetas y eso perjudica más a los béticos, con Vitor Roque muchas veces en el suelo.Cuando se llega al cuarto de hora el temporal amaina y el Betis repite ocasiones, mejores que todo lo que consiguió el rival en su área. Un cabezazo de Vitor Roque que buscó bombeado y detuvo Nyland y un disparo de Lo Celso que sale alto desde la frontal inauguran esta tendencia. Abde está disperso y tapado por Carmona y Badé, sin ser tan determinante. Lo Celso, de nuevo, disparó desde fuera del área cerca del poste en el minuto 25 y Vitor Roque tira con poco ángulo, tras asistencia de Llorente a la espalda de Nianzou, y la saca Nyland cuando el balón iba dentro. Va el Betis más fuerte a los duelos creyéndose su mejoría a través de las ocasiones, que se completan con otro tiro de Roque. El Sevilla ha estado más cerca de dominar el partido y el Betis, de marcar. Pero poco más va a pasar en esta primera parte en la que los béticos se marchan al vestuario incómodos por no tener el balón pero conscientes de que si ajustan en las bandas y cogen oxígeno por el centro pueden darle la vuelta no sólo a las sensaciones, sino llevarse el partido a su terreno.La bienvenida a la segunda mitad es horrenda para el Betis. Un balón colgado al área lo cabecea a Agoumé y da en la mano de Llorente , que estaba de espaldas sin mirar la trayectoria. De esas penas máximas que no se sabe si son o no son con los criterios de esta campaña. Durante toda la vida no fueron y ahora sí se justifica que ocupa un espacio. O así se lo quiso explicar Martínez Munuera, que iba vestido de rojo, a Llorente, incrédulo. El caso es que el colegiado lo pitó de inmediato y el VAR le ratificó. No podía corregirle porque ciertamente le había dado en la mano pero no todas la manos son penaltis. Lukebakio transforma la pena máxima engañando a Rui Silva. Siguen los porteros béticos sin parar una pena máxima en mucho tiempo.La desventaja no espolea al Betis de primeras, dado que no sucede nada relevante en el duelo en los siguientes diez minutos. Si acaso, tarjetas. Para Natan y Gudelj, por ejemplo. Pellegrini agita el árbol dando entrada a Bakambu y Aitor en lugar de Marc Roca y Vitor Roque. El refresco sí le sienta bien a los verdes. Abde roba pero su tiro sale fuera ayuno de comba. El Sevilla se agrupa esperando un contragolpe. El aire lo encuentran los heliopolitanos con las carreras de Aitor. Entra muy motivado y acertado el capitán. De hecho, un centro suyo lo remata Bakambu por abajo y da en el poste. Estaba en fuera de juego el congoleño.Navas sale al campo con plena ovación y Cardoso dispara una pelota mordida fuera desde la frontal. Un balón largo a Bakambu evita Nyland que sea ocasión al salir con los pies fuera del área de forma ajustada. Los béticos quieren pero sin la intensidad precisa para un duelo así. Cada balón dividido no es un triunfo, sino una duda o una pérdida. Y así no. Chimy salta al campo en lugar de un apagado Abde, que hizo su peor partido del curso. El Sevilla tiene el 2-0 al contragolpe y Lukebakio la echa fuera tras recorte de Ejuke a Bellerín. Es después de otra falta o balón parado verdiblanco que no está bien resuelto.Chimy tiene una ocasión con un disparo de volea a la media vuelta tras fallo en el despeje de Carmona. Perraud corre ya por la banda en lugar de Ricardo. Al Betis le entran las prisas pero el duelo se asemeja al de Varsovia. El Sevilla se encierra reduciendo espacios, los verdiblancos tocan y tocan pero les cuesta tener claridad para generar peligro. No hay precisión y sí precipitación. Lukebakio casi marca pero salva Rui Silva con los pies en una jugada extraña en la que Chimy pide falta de Badé por un manotazo en la cara y Martínez Munuera no pita nada. Sí lo hace en una falta de Nianzou sobre Lo Celso y el Sevilla se queda con diez.A partir de ahí se juega muy poco. El Sevilla gestiona el crono perdiendo tiempo. Siete minutos de alargue da el colegiado. Busca el Betis los balones colgados a primer y segundo palos. Lo Celso la busca rasa en combinaciones demostrando que la calidad está en sus botas. Un balón colgado por Fornals lo descuelga Nyland y Chimy no llega bien. Natan se va arriba con todo estando lesionado y casi se le saltan las lágrimas sin poder salir del campo dado que las ventanas están agotadas. Martínez Munuera le birla la última ocasión al Betis al no pitar una falta clara de Salas sobre Lo Celso y pita corriendo el final. Derrota verdiblanca, que se topa con una pared que no es capaz de derribar en LaLiga en la larga etapa de Pellegrini. Una maldición que se sostuvo con un penalti dudoso y con una interpretación que no guarda ni para los verdiblancos el consuelo de su mejor fútbol dado que no mereció ganar como sí sucedió en otros años cercanos. Mucho que pensar en el parón, con doce puntos y bastante que resolver.