La Armada se prepara para la guerra del futuro

Los drones como arma militar tienen mucha historia, pero en la actual guerra de Ucrania se han revelado como un instrumento clave para debilitar al enemigo. Tanto Moscú como Kiev han demostrado la eficacia de los sistemas no tripulados para avanzar posiciones o perpetrar ataques rápidos, dañinos y seguros. El último ejemplo ha tenido lugar esta misma semana, cuando al menos tres personas murieron y otras once resultaron heridas a causa de un ataque con drones ejecutado por el Ejército de Rusia contra la ciudad ucraniana de Izmail, situada en la provincia de Odesa.Y eso que su desarrollo está aún en plena fase de expansión. La guerra del futuro será no tripulada, aseguran los expertos. La OTAN también lo sabe y se prepara para ello. Es una tecnología que avanza a un ritmo vertiginoso, pero la Alianza no quiere quedarse atrás y el pasado mes de septiembre realizó en Países Bajos unas grandes maniobras anti drones, en las que por primera vez participó Ucrania, y puso a prueba más de 60 sistemas con los que frenar estos ataques. «La inestabilidad geopolítica ha generado un incremento de esos sistemas», reconoce el capitán de corbeta David Castillo, comandante del buque Tornado de la Armada que esta semana ha participado en los ejercicios Repmus 24 en la costa de Portugal, frente a la ciudad de Troia, en los que países aliados han puesto a prueba sus capacidades para esa guerra del futuro.Noticia Relacionada Creada en plena Guerra Civil estandar No La olvidada Comisión de la Armada que rescató 123 buques hundidos Mónica Arrizabalaga«En respuesta a un entorno de seguridad más desafiante, la OTAN está intensificando sus esfuerzos para disuadir y responder a las amenazas en el ámbito marítimo», explica la Alianza. Su objetivo es que los países aliados «fortalezcan la conciencia» respecto a las nuevas tecnologías emergentes y disruptivas, lo que implica aumentar las maniobras conjuntas para garantizar su interoperabilidad. Todo ello por encima del mar, sobre su superficie y bajo él, incluyendo la protección del fondo subacuático como un nuevo escenario vital en los conflictos. Un ejemplo fue la voladura de los gasoductos Nord Stream, que demostró que cualquier hipótesis es posible. Y por ello Portugal ha sido testigo de unas avanzadas maniobras centradas en el empleo de vehículos autónomos en operaciones multidominio, guerra antisubmarina, guerra de minas naval y la protección de infraestructuras submarinas críticas.El vehículo no tripulado Kaluga, de la empresa UTEK ABCLa Armada cuenta ya con algunos sistemas no tripulados en sus filas, pero los más importantes están aún en fase de pruebas para demostrar sus capacidades. Todo dentro de iniciativas de la OTAN como Maritime Unmanned Systems (MUS), que tiene por objetivo armonizar el empleo de drones por parte de las marinas aliadas. El propósito es establecer unos estándares y protocolos para el uso eficiente y seguro de estos sistemas en operaciones marítimas.Protección personalEl Tornado navega hacia un paso estrecho que puede acechar peligros. Y para evitar cualquier riesgo, le precede una embarcación autónoma que, además de hacer de señuelo, envía imágenes en directo al buque e incluso puede ir equipada con armamento. Esa escena, no tan lejos de los escenarios bélicos actuales, es la que reprodujo esta semana el buque español frente a la costa portuguesa, con toda su dotación en guardia para simular un conflicto real. Un total de 53 marinos -menos de diez mujeres entre ellos- que durante dos semanas han llevado al límite sus capacidades. «Los militares tenemos que estar preparados para todo», dicen en las Fuerzas Armadas.Pese a todo, una de las principales capacidades de los conocidos como UxV (vehículos no tripulados), es precisamente preservar la seguridad de las personas. «Si tenemos una embarcación que puede ir cerca de la costa donde hay una amenaza, no ponemos en riesgo a una persona; y si además la dotamos de sensores y armamento, tenemos una capacidad extendida de un buque de la Armada», explica el capitán de corbeta Castillo en un repaso de las «ventajas» de estos drones.Capitán de corbeta David Castillo, comandante del BAM Tornado ABCEl Buque de Acción Marítima (BAM) Tornado ha participado en la operación Atalanta de lucha contra la piratería en aguas del Índico y también ha desplegado en el Golfo de Guinea. Son escenarios donde hubiera sido muy útil contar con este tipo de medios no tripulados, que otros buques de la Armada están ya empezando a incorporar en sus despliegues internacionales. Sin embargo, es en Troia donde el patrullero los ha puesto todos a prueba. En los ejercicios organizados por la Marina portuguesa, la Armada ha trabajado con diez empresas españolas, tres de ellas directamente relacionadas con la fabricación de vehículos no tripulados, y ha podido probar cómo es operar con drones aéreos, de superficie y submarinos. «Es vital experimentar el uso militar de estos vehículos no tripulados y su integración en el buque», detalla el comandante del Tornado.Un gran hito en el ejercicio lo aportó Navantia con su sistema Naiad, que ha logrado integrar los drones en el sistema de mando y control del patrullero español. A su vez, todas sus imágenes eran recibidas en tierra gracias a una conexión satélite y el buque contaba con una burbuja 5G que le garantizaba las comunicaciones. «Es una capacidad que muy pocas armadas tienen en este tiempo», reconocía el capitán de corbeta. La Armada tampoco cuenta con ella aún, pero de momento la prueba fue «satisfactoria» para todos.También para Navantia, que siguió de cerca las maniobras para comprobar el comportamiento de un sistema en el que ha realizado una importante inversión. De hecho, ejercicios como el Repmus 24 son «un escenario de lujo» para testear sus creaciones. «No podemos olvidar que la tecnología está en constante evolución y la industria de la defensa va un poquito más despacio. Las empresas debemos invertir para evolucionar nuestros desarrollos hacia un siguiente nivel -explicaba Cristina Abad, directora de Navantia Sistemas-. Aquí podemos hacer las pruebas de nuestros desarrollos y comprobar con nuestros clientes que las capacidades en las que estamos invirtiendo son realmente las que ellos necesitan».Precisamente ante la necesidad de acelerar la integración de vehículos no tripulados en sus unidades, la Armada ha creado un nuevo órgano de experimentación de drones, el denominado Ceventa , aún en fase de desarrollo. Dirigido por el capitán de navío Carlos Rosano, tendrá base en Rota (Cádiz) y está llamado a ser el cerebro de los futuros sistemas autónomos que se integren en las Fuerzas Armadas.

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