Eliades Ochoa : «En Madrid me recreo, me inspiro; he escrito desde bolero hasta sones»
Eliades Ochoa lleva a Cuba y a la música en el escapulario de lo más íntimo y de lo más externo, ejerce de cubano, claro está, que la isla forja a sus hombres de una manera especial y, quizá por el mucho mundo recorrido, el cubano no sólo tiene una nacionalidad: también una forma de ser. De mirar. Esto es, que Eliades Ochoa no se ha dejado ni un gramo de cubano por el camino. Ni tampoco ha perdido un ápice de lo que supuso el son cubano no sólo en los países más hermanos, como aquel paraíso suyo de Las Antillas y los mares transparentes; también todo ese trozo de mundo que hay entre Ciudad Juárez y Ushuaia , como ya hemos escrito a tenor de otro ‘colono’ de Cuba que ha encontrado su lugar en el mundo, ‘cubaneando’, en Madrid. Tiene Cuba un son, un son guajiro que lleva escrito Santiago de Cuba en los ribetes últimos de su personalidad. Se sabe que Santiago de Cuba no es Madrid , pero, con la lente del alma, se le asemeja en muchas cosas en palabras de Eliades Ochoa. En lo que hay compartido, por ejemplo, que trasciende el idioma: quizá una plaza, «el parque Céspedes» donde al sol del Caribe y a otros soles, la vida más común se abre camino con los niños hacia un cielo tropical o meseteño, según el caso. Noticia Relacionada estandar Si Salva Reina: «Un malagueño es de los que mejor sabe aprovechar una ciudad como Madrid» Jesús Nieto Jurado Aún no ha perdido la sensación de recién llegado, y aprovecha lo que la ciudad le ofrece en toda su variedadLos recuerdos de Eliades Ochoa de Madrid hay que situarlos a finales de los 80, cuando la Movida iba muriendo de éxito, y en esa efervescencia un señor con maneras y tipo del oriente cubano paseaba por las calles de Madrid. Era el año 87. O casi.Latino Ochoa, sí. Pero latino lacónico, Ochoa tiene en su conversación algunos momentos de silencio empático: a veces, quizá, en contraposición al jacarandoso habanero, deja que una larga callada complete su mensaje. Luego está Madrid, al que llegó en eso de 1987 tras su estancia «en Canarias», y después, ya, ese Madrid donde ha ido fijando la sonrisa, el sombrero y el humo de su «purito».madrid_dia_0703Su concepción del público y el paisanaje es la concepción de esa buena gente que camina, principalmente, por la «Gran Vía esquina con Fuencarral», que lo reconocen, con su «puro encendido» y le van recordando este o aquel concierto. Ama Madrid en toda su extensión, que es algo que se estila poco. Las problemáticas serán menos problemáticas en esa forma de ser de Ochoa. Con los premios que son, la fama no le quita ese placer de un grupo de gente, tranquilamente conversando. Este domingo actúa y pondrá un trozo del oriente cubano en en la Sala Riviera, a eso de las 20.00 horas, ahora que anochece tan temprano y hace un bochorno frío. Que se sepa, también, que Eliades Ochoa ha trabajado mano a mano con C. Tangana y con modestia reconoce que el entorno del músico lo valora. —Dice que le gusta Madrid así, toda, sin pegas. Que no hay nada que rompa ese enamoramiento. Pero le pongo un estímulo para que me dé una respuesta. Yo le digo «Madrid» y a usted se le viene a las mientes…—Las noches que tocábamos en la Sala Clamores. Aquellas noches en que de la cantidad de gente que había teníamos que hacer dos sesiones seguidas. Y la gente gritando «Eliades, Eliades, que abran la puerta…»—Madrid, con sus cosas, es, como todas ciudad hija de vecina, una urbe donde puede afectar la nostalgia en cualquier momento. ¿Cómo lleva un cubano esa lejanía del terruño?—Es verdad que echo de menos a mi gente. Pero me siento en cualquier parte, en la Gran Vía por ejemplo, y muchos de los que pasan por la calle me hablan, me recuerdan un concierto, me preguntan por un disco nuevo. —¿Qué tiene esta capital de caribeña?—Madrid tiene de ciudad caribeña lo que tú le quieras ver. —¿Me puede dar un ejemplo de ese talante caribeño que tiene esta ciudad?—Hay muchísimos lugares en los que ocurre. Yo vivo en la calle Siena. Ahí los sábados, los domingos, hay momentos en los que con los niños y las familias estoy viendo, en Madrid, el parque Céspedes de Santiago de Cuba. Y es verdad que hay muchísimos recuerdos que no sabes cuándo te llegan. —En lo musical, en lo vital… Intuyo que habrá algún momento al que le tenga especial cariño.—Aquí en Madrid todo ha sido magnífico. Eso de que el público coree mi repertorio…—El público de Madrid, que es público y es madrileño…—Es un público que me ha hecho llegar a casa muy feliz. Me ha conducido a la felicidad.—La Comunidad aprobó el flamenco como Bien de Interés Cultural (BIC). ¿Le gusta el flamenco?—Sí, me gusta mucho.—¿Ha transitado por los terrenos del ‘duende’?—Tanto que con Argentina, una flamenca, hicimos un tema juntos. Se titulaba ‘Un bolero para ti’.—En estas páginas, además, se ha tratado mucho un concepto, primero silencioso, que luego muchos músicos, en su mayoría reguetoneros, de España y de fuera, han ido fijando. Es el de considerar a Madrid como epicentro, como capital de la música latina. ¿Me da su opinión al respecto?—Esa respuesta tendría que darla un experto. Pero para mí, para Eliades Ochoa, lo que sé es que la gente me ha dado cariño en cada concierto. MÁS INFORMACIÓN noticia Si Enrique Gato: «Cuando vi ‘El día de la Bestia’ cambió mi forma de ver Madrid» noticia Si Antonio Molero: «En Madrid, y creo que lo decía Napoleón, de lo sublime a lo grotesco hay un paso»—Ha participado con C. Tangana en el tema ‘Muriendo de envidia’. —Fue toda una experiencia. No está bien que yo lo diga, no quiero pecar de soberbia, pero sé que el equipo de C. Tangana quedó encantado.—Tantos años en Madrid, ¿qué le suponen?—Llevo en Madrid hace muchos años desde que firmé con Virgin Records España. Ha marcado mi vida en muchos aspectos. Me gusta pasear por sus calles y compartir con personas tan queridas que han acogido mi música de una forma muy cercana y cálida. En Madrid me recreo, me inspiro. Aquí he escrito varias de mis canciones desde boleros hasta sones. Sin duda Madrid ha marcado parte de mi historia, y le debo mucho.