Viudos de Kroos y caos táctico: los pecados capitales de un Real Madrid irreconocible

En el entretiempo en Lille , un aficionado del Real Madrid, ubicado cerca de la zona de los medios de comunicación, aprovechó el descanso para dirigirse a los servicios del Pierre Mauroy . Por el camino se cruzó con Jorge Valdano , que el miércoles ejercía de comentarista en Movistar+. El seguidor blanco, al verlo venir de frente, le abrió las manos como diciendo ‘¿qué está pasando?’. El argentino, siempre ágil para decir lo que toca decir, le espetó: «Ahora tendrá que empezar el partido, claro». Sin que sirva de precedente, se equivocaba Jorge. Como, seguramente, se equivocó la gran mayoría de aficionados merengues que veían el partido en sus casas, pensando que, como siempre, su equipo acabaría remontando un partido más de Champions. Al madridismo se le ha acostumbrado a escuchar con la vista, pero cumplidos ya dos meses de temporada, aún no han distinguido bien si este Real lleva sotana o toga.Ausencia de KroosLa retirada del jugador alemán es la explicación más utilizada por el madridismo para entender por qué este Madrid no juega a casi nada. La sala de máquinas se ha quedado huérfana y los nuevos responsables no logran hacer olvidar la huella dejada por Toni. El Madrid tiene un problema importante en la creación de fútbol. Falta el talento, la clase y la autoridad que imponía Kroos , y solo Modric hace olvidar mínimamente al alemán. El problema es que no son exactamente los mismos jugadores ni tampoco Ancelotti le está dando, ni parece que le vaya a dar, el mismo rol. Kroos era titular indiscutible. Modric, no. Sus 39 años pesan, claro, pero la realidad es que cuando el Madrid mejor ha jugado esta temporada ha sido con Luka sobre el campo. Pero quizás una solución sea rodearle de tres medios más y prescindir de un atacante.Vini y Bellingham, irreconociblesLos dos mejores jugadores del Madrid la pasada temporada, junto a Kroos, no han encendido aún el interruptor. Seguramente, el exigente calendario de la pasada temporada, con Eurocopa para Jude y Copa América para el brasileño, y el poco tiempo de vacaciones, esté pesando en el rendimiento de ambos jugadores, pero también es transparente que no se sienten cómodos en el sistema de esta temporada. Bellingham se ha alejado del área, obligado por el tridente de arriba, y no acaba de adaptarse a esa posición de centrocampista en la que se debe tirarse a la izquierda cuando el equipo no tiene el balón. Y en los metros finales, salvo chispazos, ni aporta goles ni los da. Más o menos como Vinicius, cuya sintonía con Mbappé necesita de muchas más horas de vuelo. Con el Balón de Oro a la vista, que salvo sorpresa le será entregado el próximo 28 de octubre en París, y ofuscado en un mar de protestas que le restan energías, Vini está muy lejos ahora mismo de su mejor versión. Y eso es un drama para un Madrid que ha ganado muchos partidos en la era Ancelotti gracias a las genialidades del brasileño.Mbappé, más goles que juegoLos números de Kylian no están nada mal. Siete tantos en diez partidos. O nueve y medio, si no contamos por completo el de Lille , donde jugó solo media hora y, realmente, no estaba para más. Él no ha dicho absolutamente nada sobre su posición de ‘9’. De hecho, ha insistido en que ha jugado muchas veces de delantero centro, tanto en el Mónaco , como en el PSG y en la selección, pero la realidad es que cuando más Mbappé está siendo Mbappé, es en las ocasiones que cae a banda izquierda, terreno habitual de Vinicius. Son los dos mejores futbolistas del mundo por esa zona, pero solo puede jugar uno. Un problema que no es problema para Ancelotti , pero que de momento lo parece.Tchouaméni, perdidoEs preocupante, mucho, el rendimiento de Aurélien. Llegó en el verano de 2022 y mostró un nivel muy alto durante los primeros meses, hasta la celebración del Mundial de Qatar entre noviembre y diciembre. A partir de ahí, su rendimiento giró 180 grados y nunca ha vuelto a ser ese Tchouaméni atrevido y descarado, que se asomaba por el área rival, se atrevía a filtrar balones para superar líneas e, incluso, veía puerta de vez en cuando. Su fútbol parabrisas y su generosidad defensiva tiene enamorado a Ancelotti, pero cada vez son más los aficionados que asumen que Tchouaméni no será el nuevo Casemiro . Como solución, podría insistir como defensa, como en su día le sucedió a Ramos, que pasó del lateral derecho al centro de la zaga e hizo la brillante carrera que hizo. Él no quiere y Ancelotti, tampoco. Pero ni Tchouaméni está ganándose ese rol de indiscutible como pivote, ni el Madrid anda sobrado de centrales.Falta de intensidadLlámenle pasotismo, desidia o como quieran. Ancelotti utilizó el eufemismo de malas sensaciones. Se le compra también. Al Madrid le cuesta entrar en los partidos, donde en once jugados solo ha marcado dos goles entre todas las primeras mitades. Hay jugadores que andan más que corren, los duelos son habitualmente ganados por los rivales, cuesta meter la pierna en situaciones comprometidas y, a todo esto, se le une una frustración que se traslada a quejas, protestas y malos modos. El estómago de la gran mayoría de jugadores está repleto y quizás por ahí se explica ese desinterés, pero todos los jugadores saben dónde están y que representa el escudo del Madrid. Ganar es su alimento. Ayer, hoy y siempre.Mendy, bajo lupaEl mejor lateral izquierdo del mundo para Ancelotti. En Lille, se fue al banquillo en el descanso y solo le mantiene en la titularidad el irregular rendimiento del plan B, Fran García . Si a Mendy le estuviera apretando un lateral de mayor potencial, estaba desde hace varios partidos en el banquillo. Está lento corriendo hacia atrás y en ataque no aporta prácticamente nada. También sufre en el uno contra uno, su especialidad de la casa. Es el pegamento del Madrid en tareas defensivas, pero de momento esta temporada es más barra Pritt que Super Glue.Sin un sistema definidoAncelotti llegó a la pretemporada de 2023 con una idea muy clara. Abandonar el 4-3-3 y apostar por un 4-4-2. El adiós de Benzema y el fichaje de Bellingham eran dos movimientos de peso para cambiar el sistema, y le salió a la perfección. No está siendo así este curso. Ha vuelto al 4-3-3 para mantener a Rodrygo en el once, junto a los intocables Vinicius y Mbappé , pero la ‘obligación’ que se ha autoimpuesto Carletto desnuda un centro del campo ya debilitado con la retirada de Kroos. Por el camino está probando más sistemas. 4-4-2 en rombo, 4-4-2 con doble pivote, y 4-2-3-1. Ninguno le convence. Tampoco a los jugadores. Urge que de con la tecla cuando antes.

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