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Joaquín Torres (54 años), el afamado arquitecto conocido por su trabajo con celebridades, ha atravesado uno de los años más complicados de su vida. Tras un accidente de moto en diciembre de 2023, el reconocido profesional no solo ha tenido que lidiar con múltiples cirugías , sino también con pérdidas personales significativas. La última intervención quirúrgica, la sexta desde su accidente, se llevó a cabo el 30 de septiembre y fue necesaria debido a problemas con la prótesis de cadera que le habían colocado previamente.A través de su cuenta de Instagram, Joaquín compartió un emotivo mensaje con sus seguidores, revelando que la prótesis se había desplazado y que, tras la operación, se siente «muy bien, sin los espantosos dolores de estas semanas atrás». Con un renovado espíritu, el arquitecto se ha comprometido a iniciar su rehabilitación y recuperar la movilidad que tanto anhela. «No puedo ni quiero contemplar otro escenario», manifestó, demostrando su determinación para volver a la normalidad.TE RECOMENDAMOSA lo largo de estos meses difíciles, Joaquín no ha dejado que los obstáculos lo detengan. A pesar de estar menos activo en redes sociales, se mantiene involucrado en su trabajo y se muestra optimista respecto a sus proyectos. «Continuaremos enseñando nuestro trabajo, los proyectos de A-cero, que tienen muchas novedades que mostrar», añadió, agradeciendo a sus seguidores por el apoyo constante que ha recibido.Sin embargo, la vida de Joaquín ha estado marcada no solo por desafíos físicos. La reciente pérdida de su madre, ocurrida en marzo, sumó un dolor emocional que ha tenido que enfrentar. Además, su relación con su hermano Julio ha estado bajo el escrutinio público, con rumores de tensiones familiares que se agravaron tras la muerte de su madre.A pesar de la tormenta personal y profesional, Joaquín ha contado con el apoyo incondicional de su esposo, Raúl Prieto, quien ha estado a su lado durante este complejo proceso. Ambos se casaron en mayo de 2023, un evento que pareció un rayo de luz en medio de la oscuridad que ha rodeado su vida desde entonces. Ahora, tras su última operación, Joaquín ve una pequeña luz al final del túnel y se aferra a la esperanza de una recuperación definitiva. Su historia no solo refleja la lucha de un profesional en el ojo público, sino también la fortaleza de un ser humano que sigue adelante, a pesar de las adversidades.