Triana vive el derbi a 250 metros de distancia
Una peña es una familia compuesta por apellidos distintos en la que se defiende un sentimiento común. Y un derbi sevillano no es más que otra familia, a veces con los mismos apellidos, que les desean a los primeros todo lo contrario. Por esa misma razón quizá recitara el doctor José María Rubio en su inolvidable pregón de la Semana Santa de 1991 que Triana era el corazón de Sevilla. Porque en ella se encuentra la raíz y el significado de muchas historias. También al misterio primero de vuestro derbi, que regresa este domingo con todo un Sevilla – Betis cuya fe va promulgándose por los barrios. Lo mejor de él no será ni la última pirueta que perfeccione Ejuke ni el centro que afine Lo Celso, sino todo el respeto que hay antes, las ganas de endosarle el cartel de favorito al otro y la sana mofa que se reparta después. Personas, al fin y al cabo, como las que componen tantas y tantas peñas que vertebran el sevillismo y el beticismo más allá de Nervión y La Palmera , allende la frontera de la capital y su provincia. Gente como las dos peñas con más historia de Triana, la bética ubicada en la calle Pelay Correa, y calle abajo, tras superar el azulejo de la Esperanza, la sevillista que forma parte de Rodrigo de Triana, pasando las collaciones de Flota y Fabié, ahora que falta un mes para que en el cielo brille la mejor de las Estrellas. La pasión por el fútbol según Sevilla cabe en tres minutos de paseo, y este espacio de aire puede convertirse, si lo piensan, en la misma gloria para quien cante bien alto gol o en el mismo infierno para el que lo escuche.Por eso Francisco Chicas , vicepresidente de la Peña Bética de Triana, espera que la de este domingo sea la tarde de Abde y compañía en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Este sevillano regenta el bar que a su vez hace esquina con la calle Santísimo Cristo de las Tres Caídas, y es el primero en aparecer en la estampa de la previa del derbi antes de llegar a la sede del eterno rival. Este acérrimo aficionado verdiblanco espera turno para operarse de su cadera, pero no será duda a la hora de apoyar sin titubeos a los pupilos de Pellegrini en esta contienda que, afirma, vivirá de forma especial. Así resume la historia de tantos amigos a través de generaciones: «La peña se inauguró en 1960. Estuvo en Pagés del Corro, en San Jacinto, y ahora está aquí. El derbi en Triana se vive con mucha intensidad. Esto se nos llena, estamos con reservas porque no cabemos. El aforo es de 70 personas, con un televisor de 55 pulgadas para los socios en una sala aparte. Y ya está reservada. Intentamos que la barra esté siempre libre para los que trabajan», subraya.Francisco Chicas hace un recorrido visual por todos los cuadros y objetos de la Peña Bética de Triana J.M. Serrano / ABCNo tiene dudas este trianero de nacimiento en señalar que el derbi sevillano es el derbi de España por antonomasia. Eso suscribe. «Hay familias que tienen a béticos y sevillistas, quitando a los energúmenos. Lo bonito es después. La resaca. En un derbi no importan las clasificaciones, porque es un derbi. Da igual cómo estén los equipos. Y la palabra derbi siempre debe ir subrayada». Añora en distinto término Chicas aquellos choques cainitas en los que prevalecía el talento nacido en territorio hispalense: «Pondría en el derbi a once canteranos. Porque son los que sienten los colores. Béticos. Los demás saben qué es un derbi, pero estos más. Pondría a Adrián. Igual le pasa al canterano sevillista, que se come la hierba. El Sevilla está con muchos problemas desde hace tres años. Cuando ganaron la última Europa League, les costó. Ya estaban en una crisis en altas esferas que luego repercute en los banquillos», manifiesta, sin querer hablar demasiado sobre el eterno rival. Evidenciando cuáles son de verdad las dos orillas del balón.«En un derbi no importan las clasificaciones, porque es un derbi» Francisco Chicas Vicepresidente del bar Peña Bética de TrianaFrancisco Chicas se anuda a la muñeca la bandera verdiblanca de la deportividad, y apenas unos segundos después le espera en la puerta de otra peña, más colorada, Manuel Díaz , hijo del futbolista Antonio Díaz (Liz II), que jugó a las órdenes de Helenio Herrera en la campaña 1954-55, en la que el Sevilla logró ser subcampeón de la Copa del Rey. Es Manuel el administrador de la Peña Sevillista de Triana , que fue fundada el 17 de julio de 1958 «para defender, expandir y representar al sevillismo en esta parte de la orilla, cruzando el puente», manifiesta. Su sede fue trasladada desde la cercana calle Pureza a Rodrigo de Triana en 2003. Y son ya 66 los años que lleva abanderando el sentir de muchos trianeros que secundarán a García Pimienta en los planes que el barcelonés mantenga para este enfrentamiento en el que Díaz, avisa, sólo vale ganar. «Triana sigue siendo un pueblo. Los vecinos nos conocemos mucho, entonces el resultado que se dé se vive con intensidad, porque nos encontramos en los bares, en las cafeterías, en las esquinas, y hay que aguantar la leña marismeña en cualquiera de las casos», indica, honesto, antes de acceder.Manuel Díaz, administrador y relaciones externas de la Peña Sevillista de Triana, posa en el interior de la sede J.M. Serrano / ABC Recuerdos de Spencer Al abrir las puertas de la peña nervionense, flanqueadas por Puerta y Reyes, todo tipo de cuadros rememoran las grandes gestas de plata conseguidas por el Sevilla en Europa. Con lo cual las expectativas se vieron tan desbordadas año a año que en un panel reservado para cada Europa League, la última levantada en Budapest no consta… por falta de sitio. Y entonces responde a qué sabe este barrio cuando pisa un esférico. «Triana ha tenido jugadores de leyenda, como Spencer, que nació en la calle Betis y fue el creador de la famosa escuela sevillana. Y luego también están mi tío y mi padre, Liz I y Liz II , que presiden la peña en este cuadro. Es un orgullo que un barrio tan pequeño haya dado jugadores de fútbol tan emblemáticos. Ahora hay menos futbolistas sevillanos y eso se está perdiendo», recalca, coincidiendo curiosamente con su compañero de peña a tan pocos metros.Desea el hijo de Liz II que pueda participar Isaac, como gran ariete y referente canterano, por sus problemas en el tobillo. Pero este derbi todos los ojos se irán a Los Palacios: «Nuestro baluarte es el campeón del mundo y de Europa Jesús Navas. El duende ha ganado muchos derbis y ha concienciado al resto. ¿Si sería un gran colofón ganar este último derbi? Él ha ganado cosas mucho más importantes que los derbis. Seguro que lo lleva en el corazón, pero son objetivos menores. La única diferencia de estos tres puntos respecto a otros es que hay es lo de aguantar al de al lado . Hay un refrán que dice algo así como que hay cosas que te caen en lo alto. A mí me ha caído en lo alto un yerno bético (ríe). De carné. Eso es lo que hay y lo tengo que soportar. Hemos hecho un pacto tácito y es que en casa no hablamos de fútbol. Porque no tengo nada que hablar y lo que queremos es llevarnos bien». Así lo apunta también Chicas, que tiene confianza en sacar un buen triunfo de Nervión: «El derbi quedará 1-3, con dos goles de Vitor Roque y uno de Lo Celso». A lo que Díaz voltea drásticamente: «Yo digo 3-1, con goles de Lukebakio y dos de Isaac». Y remata entre las risas de béticos y sevillistas allí presentes: «Pues uno de los dos no lo va a acertar».