Miguel Ybarra Otín: «Para mí, ser español cambió de significado cuando viví en China»

Miguel Ybarra Otín (Barcelona, 1979) es un periodista y escritor cuya personalidad se ha forjado gracias a los numerosos viajes que ha realizado a lo largo de su vida. Inspirado en el libro ‘Me acuerdo’, de Georges Perec , acaba de publicar la obra ‘Todo lo que pasa cuando nada pasa’ (MilMadres), donde rememora en 338 fragmentos distintos aspectos de su pasado, hilvanando reflexiones, recuerdos y acontecimientos con un estilo literario muy personal. La presentación en Sevilla será en la librería Palas el próximo 8 de noviembre. -¿Cómo surgió la idea de este libro?-Yo viví en China siete años. El último de esos años, con la distancia física y temporal, hubo recuerdos y palabras que se cargaron de significado. En ese marco, mirando hacia atrás y repasando mi vida, quise dar forma escrita a los recuerdos guardados en el corazón. Elegí párrafos breves, cada uno empezando por la palabra ‘Recuerdo’. Me basé en la obra de Georges Perec ‘Me acuerdo’. Él repasaba su infancia y adolescencia en una escritura automática o experimental. Algunos de sus recuerdos son pretendidamente banales. Yo tomo esa forma, pero doy más profundidad a los recuerdos. Cada recuerdo está hilvanado con el siguiente. -¿Por qué se ha calificado a este libro como un ‘diario acronológico’?-Eso es como lo ha llamado Francisco Ferrer Lerín -en el texto de la contraportada- por esa forma desordenada de narrar mi vida. Son recuerdos que conforman una identidad. Tampoco pretendo hacer un diario, pero puedo estar de acuerdo con ese concepto de ‘diario acronológico’. Hay desorden, pero un orden en el que cada tema va hilado con el siguiente. Son recuerdos que mezclan lo cotidiano y lo extraordinario, lo intrascendental y lo trascendental. -En este libro se le define como ‘fanático de la remembranza’.-Me parece interesante que, siendo una lista de recuerdos, se haya hecho una reflexión sobre los mismos recuerdos. Los recuerdos son a veces inventados. Toda nuestra vida son recuerdos. En base a esos recuerdos subjetivos y creados establecemos las relaciones con el mundo, con las personas y lugares. -Esta obra está construida a partir de 338 párrafos con jirones de su memoria. -Hay de todo en los recuerdos. Hay un primer recuerdo en China en el que yo escribo para mí. Son recuerdos queridos a los que yo deseaba darles forma escrita. En esa primera fase igual pongo más el corazón. Hay recuerdos de la infancia y de la adolescencia. En una segunda fase, cuando hay posibilidad de publicar el libro, pienso más en el lector y pienso en un libro al que darle unidad y ya meto más la razón. Ahí ya hablo de mis viajes a Corea del Norte, de mis años en China, etc. Los 338 recuerdos tienen todo eso. Un día me quedé dormido en el salón y mis padres me llevaron en brazos a mi habitación. Era un acto ordinario con un valor extraordinario. Eso define muy bien ‘Todo lo que pasa cuando no pasa nada’. Miguel Ybarra en un viaje a Ucrania en 2004 ABC-En su vida se mezclan recuerdos de muchas partes: Jaca, Sevilla, Francia, Venecia, Suiza, Nueva York, Corea del Norte, China, Albania, Siria y Líbano. -Tras haber vivido siete años en China todo eso forma parte de mí. En Italia viví un año. Hay destinos poco habituales. He estado en Corea del Norte. Es un país muy interesante. También aparece Albania, que no es un destino turístico conocido por la mayoría. Estuve en Siria antes de la guerra, en Ucrania, etc. También visité Yugoslavia justo tras la guerra de los Balcanes. En China, por efecto del confucianismo, la sociedad respeta más la figura del mayor, al profesor y a otros referentes similares. Allí prima la sociedad por encima del individuo. En Europa se valora más el individuo como consecuencia del humanismo. -Tras vivir en tantos sitios, ¿de dónde se siente realmente?-La verdad es que Sevilla por supuesto está en mi corazón, también Jaca. Ahí en Jaca vivieron mis cuatro abuelos. Los de mi padre residieron durante un periodo en Jaca, los de mi madre, toda la vida. Para mí, ser español cambió de significado cuando viví en China. Antes consideraba la palabra España como un término más político y luego tornó a una palabra llena de significado familiar, ya que hacía referencia a mis amigos y a mi idioma. Hay un recuerdo muy especial. Yo di clases de español en varias universidades en China. Allí la gente llamaba papel al papel y lápiz al lápiz. En un país tan lejano vi que había cercanía entre España y China porque podíamos entendernos al compartir las palabras. Ese recuerdo fue en la ciudad de Xi’an. También di clases de español en Dalian y Changchun. Ahora sigo siendo profesor, en este caso de Primaria, en Zaragoza. -Estos recuersos están impregnados de su mirada al pasado. -Como fecha más cercana del pasado puse la boda con mi mujer. Aparecen mis primeros recuerdos yendo a la guardería con mi madre y mis recuerdos llegan hasta la boda con mi mujer, que fue en Hong Kong.-En el libro hay influencias de escritores como Kapucinski.-Sí, en la época de la universidad leí mucho a Kapucinski. Creo que su influencia se nota en la redacción del libro en cuanto a la mirada periodística y a las descripciones.

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