Pepita de Oliva, la estrella malagueña que nunca brilló en su tierra
Josefa Durán Ortega —Pepita de Oliva fue su nombre artístico—, nunca fue profeta en su tierra. Olvidada en España y venerada en el extranjero, esta bailarina malagueña, nacida en 1830 en el barrio de El Perchel y fallecida en la localidad francesa de Arcachón en 1872, llegó a ser condesa de West y a inspirar al mismísimo diseñador francés Christian Dior.Según recoge la Real Academia de la Historia en un artículo firmado por Covadonga de Quintana Bermúdez de la Puente, Pepita de Oliva era, oficialmente, hija de Pedro Durán y de Catalina Ortega, aunque siempre se rumoreó que era en realidad hija ilegítima de Francisco de Borja Téllez-Girón y Pimentel, Duque de Osuna. Su familia tenía orígenes muy humildes . Su madre, Catalina Ortega, hija de un gitano que hacía sandalias en Málaga, había trabajado en un circo, y cuando nació Pepita se dedicó a la venta de ropa usada. Su padre, Pedro Durán, fue barbero. Desde pequeña, Pepita tenía predilección por el baile y su madre la llevó al Teatro del Príncipe de Madrid y pidió a su director de aquella época, Antonio Ruiz, que le diera clases. No vio dotes artísticas suficientes en una niña que años después triunfó en Europa . Según recoge el citado artículo, Pepita no fue una bailarina de gran calidad para las exigencias españolas pero encandiló al público europeo. Le sucedió como profesor el bailarín Juan Antonio Gabriel de la Oliva, con quien Pepita se casó en Madrid en 1851, aunque el matrimonio fracasó poco después.El patrón de cuadros que lucía sobre los escenarios fue usado por Dior y también por Porsche en el tapizado del modelo 911La malagueña consiguió un contrato, el primero importante, en el Gran Teatro de Burdeos y de allí recorrió los escenarios de Copenhague, Viena, Londres… En la capital británica cosechó un gran éxito pero fue en el Teatro de Vaudeville de París donde debutó en 1852 y donde triunfó . «Su actuación causó furor y desapareció literalmente bajo una lluvia de flores. Fue aclamada por toda la sala que aplaudió con verdadero fervor», se llegó a contar. En París conoció a Lionel Sackville-West, agregado de embajada en Sttutgart, Alemania, con quien mantuvo una larga relación. Fue precisamente en tierras alemanas donde se consagró como artista. Allí se hizo famosa y amasó una fortuna. Tras tener su tercer hijo, una niña, se retiró de los escenario. y murió a los 41 años durante un parto.Venerada en AlemaniaTal es la veneración que se tiene de Pepita de Oliva en Alemania que un barrio de Berlín , en la zona de Spandau, lleva su nombre ,’Pepitahöfe’, y en el mismo, la bailarina malagueña tiene una calle con su nombre, ‘Pepita Promenade’.En esta calle de Berlín hay un cartel en alemán y castellano que desglosa la vida de la artista andaluza . En el mismo se la define como bailarina española, cuyo nombre han traducido al alemán como ‘Olive Kernel’. Dan cuenta de que la malagueña actuó en Alemania desde 1852 en escenarios de Stuttgart, Leipzig o Berlín y que durante su estancia en Berlín , vivió en un pequeño castillo cercano que más tarde se convirtió en un restaurante y que se llamó ‘Pepita Ruh’. En 1853 —reza el cartel— el reputado compositor Johann Strauss le rindió homenaje con la partitura ‘Pepita Polka.Esta calle lleva su nombre, se agrega, por la proximidad de este barrio a la casa en la que Pepita vivió en Berlín y que dio nombre al nuevo barrio ‘Pepitahöfe’. Desde el 1 de mayo de 2018, la calle central de dicho barrio lleva el nombre de ‘Pepita Promenade «en honor» a la malagueña.Curioso también cómo se cuenta que la malagueña bailaba con castañuelas y, quizá lo más sorprendente de su historia, que el patrón textil de la artista, de diminutos cuadrados blancos y negros que solía lucir en los vestidos sobre los escenarios, marcó tendencia en el siglo XX en firmas de lujo como la prestigiosa firma del diseñador francés Christian Dior, que lo eligió en 1947 para una de sus colecciones de moda femenina, algo que sorprendió ya que este tipo de diseños se empleaba hasta entonces sólo para caballeros. Fue todo un éxito, tanto que la exclusiva firma escogió dicho diseño para las cajas de los frascos de su míticoperfume Miss Dior. También inspiró a la automovilística de lujo Porsche, que empleó el mismo estampado que utilizaba Pepita en sus vestidos en el catálogo de equipamiento de su modelo 911 original, en concreto en el tapizado de los exclusivos modelos 911 Classic Club Coupe, 911 ‘Sally Special’ y 911 Sport Classic.Pero hay más, un nieta de Pepita, concretamente la aristócrata Vita Sackville-West, mantuvo una intensa relación amorosa con la escritora británica Virginia Woolf hasta su muerte.