Amancio Prada: «Cuando canto dejo de ser quien soy para ser lo que más soy»

Llegó a Valladolid con 17 años a estudiar Dirección de Empresas Agrarias en el Inea (Instituto Nevares de Empresarios Agrarios). Un día después de estar «arrancando patatas» en Dehesas (León), su padre, «el labrador de más aire, uno de los pioneros de la fructicultura moderna en el Bierzo», lo llevó en la furgoneta hasta la plaza de Santa Cruz, al Colegio de San José, donde se impartían las clases. Pasó en esta ciudad tres años que pudieron ser «un poco anodinos»; pero, además de matricularse en el Conservatorio, en la librería Relieve descubrió a Nicolás Guillén, compró poemarios de Lorca, Rosalía de Castro, Miguel Hernández, Celso Emilio Ferreiro… «Aquellas lecturas me abrieron el mundo a la poesía. En Valladolid escribí mis primeros poemas, hice mis primeras canciones», recuerda Amancio Prada a las puertas de su concierto en el vallisoletano Teatro Calderón (mañana domingo, 29 de septiembre, 19.30 horas). Celebra «sin nostalgia» el cincuenta aniversario de su primer disco, ‘Vida e morte’, «la semilla de todo lo que vino después», y el último, ‘Prada Prada’, que rescata algunos versos que escribió en aquellos años de estudiante en el Inea.El primer tema de ‘Vida e morte’ era un poema de Rosalía de Castro (‘Como chove miudiño’). ¿Aquel Amancio Prada veinteañero ya tenía claro por dónde quería llevar su carrera? Tenía clara mi vocación desde que era niño. Me encantaba cantar, cuando estaba solo, cuando iba de pastor con las vacas, cuando iba delante del arado romano con el que mi padre araba la tierra mientras tarareaba, como sembrando en el surco, junto con el trigo, la semilla de su propio canto, y no solo en el surco, sino en mi pecho. Cantar era una forma de matar el tiempo y de espantar el miedo. Era lo que más me gustaba. Cuando canto dejo de ser quien soy para ser lo que más soy, para ser plenamente lo que soy, pura energía, puro canto. Cuando canto Rosalía soy Rosalía, puedo decir como Flaubert que Rosalía ‘c’est moi’. Y cuando canto a San Juan soy San Juan. Soy lo que canto. Canto lo que digo y digo lo que canto.De su interpretación del ‘Cántico espiritual’, de San Juan de la Cruz, escribió María Zambrano que «música y voz no parecen añadidas», sino «extraídas del poema mismo». Puede que la música esté ahí pero no será fácil encontrarla…Es que si no le pones su propia música, la música callada, entonces el poema o la canción pueden deslumbrar, pero no iluminar. Cuando el poema establece una feliz y acertada alianza con la música, se ilumina. Se ilumina su pensamiento y se hace más intensa su emoción. Por esa luz me he guiado siempre. Para mí no es una música aplicada a un poema, añadida, no; yo leo el poema, ya de entrada lo siento mío, pero voy ahondando en él, cavando en él como haría mi padre, hasta verle la raíz. Son esas raíces las que te llevan luego a las alas.Tardó algo más en llegar a Santa Teresa, al menos con un disco dedicado a ella. Sin embargo, de ‘La voz descalza’ ha dicho que parecía que las canciones saliesen solas. ¿También ahí se dio el hallazgo de lo que ha llamado la «música callada»?Pero me costó más. Al principio no lo vi tan claro. Así como el ‘Cántico’ me enamoró a la primera, fue un amor a primera vista, a Teresa de Jesús yo le había puesto música a su ‘Vivo sin vivir en mí’ por encargo de un director de cine francés (Pierre Gauge). No salió mal, pero pensé que mi compromiso musical con Teresa se había cumplido. En Santa María della Vittoria, durante los meses que estuve en la Academia de España en Roma, vi el conjunto escultórico de Bernini ‘El éxtasis de santa Teresa’, aquel ángel que le clava el dardo en el corazón, que ella cita en uno de sus poemas: «Hiriome con una flecha enherbolada de amor, y mi alma quedó hecha una con su creador», aun siendo tan hermoso y tan palpitante, yo no me atrevía. Pero murió mi madre y sus últimas palabras fueron: «dejadme dormir». Leyendo por enésima vez los poemas que me decían que tenía que leer para hacer el trabajo de Teresa, leí el poema en que dice «dejadme llegar», yo lo oí con el mismo tono, la misma voz, la misma cadencia con la que mi madre dijo «dejadme dormir». Ahí se rompieron todos los manantiales y brotaron las canciones en quince días. Noticia Relacionada estandar No Amancio Prada, una trayectoria bendecida por el ‘Cantico espiritual’ C. MONJE «Es la obra que más alegrías me ha dado en la vida», dice Prada sobre su versión de los versos de San Juan de la Cruz, que María Zambrano calificó de «milagro»En la poesía contemporánea ha tocado muchos autores, aunque Agustín García Calvo tal vez sea un nombre que pudo marcar otro hito en su música. ¿Cree que ‘Canciones y soliloquios’ amplió a otro tipo de público su trabajo?Sobre todo la canción ‘Libre te quiero’. Cuando la hice era una más de aquel libro. Para mí, Agustín es un poeta maravilloso. Nunca ha estado recensado en ninguna antología de la poesía española del siglo XX, siendo quien es y habiendo escrito tanto. En ese caudal lírico también fuimos juntos muchas veces a beber, a buscar su música callada, porque el ritmo ya lo ponía él, y bien puesto, Chicho Sánchez Ferlosio, el cantor con más gracia y más talento que he tenido la suerte de conocer en mi vida, y yo. Tuve la suerte de que juntos, los tres, empezamos a dar recitales y conciertos, Chicho y yo íbamos de monaguillos del sumo sacerdote que era Agustín.¿Hay algún autor contemporáneo o clásico que al que haya querido poner música y voz y no lo haya hecho aún?No. Si alguien me tienta, sé que es cuestión de soplar y resoplar como el burro de la fábula y acaba saliendo. Tengo que hacer un disco con canciones inéditas, porque la mayoría de mis discos son monográficos. El penúltimo es el de Bécquer, los anteriores de Mestre, de Rosalía, los poemas gallegos de Lorca y las ‘Coplas a la muerte de su padre’, de Jorge Manrique, que lo voy a reeditar ahora añadiéndole las coplas póstumas. No se sabía de su existencia hasta hace poco; parece ser que cuando, herido en la batalla en el castillo de Garcimuñoz, lo llevaron herido al campamento, al quitarle la coraza para curarlo descubrieron entre las ropas ensangrentadas unas coplas, que no se saben si eran pórtico o epílogo de las ‘Coplas’ que conocemos.chuchi guerraHa colaborado muchas veces con Juan Carlos Mestre. ¿Ha logrado con él esa sintonía que tuvo con García Calvo y Chicho Sánchez Ferlosio?Claro que sí, y no solo una sintonía poética, sino también gráfica, porque él es el cómplice esencial en el formato y presentación de esa colección que iniciamos hace años de libro-discos en formato acordeón por tratar de aunar lo gráfico y lo pictórico con lo musical, tratando de que cada edición sea algo más que un CD, un objeto con valor por sí mismo, como un libro de canciones, y en este caso podríamos decir también de oraciones. Celebra los cincuenta años desde su primera grabación con un disco de letras propias, ‘Prada Prada’, algo que ha hecho excepcionalmente con canciones sueltas y con el disco ‘Emboscados’. ¿Le ha costado interpretar versos suyos?En el primer disco ya estaban una canción en gallego, ‘Labregos’, dedicada, lógicamente, al mundo de la labranza de mi tierra y ‘Canción de amor nº 2’. La gente me preguntaba por la número 1 y yo decía: «ya vendrá, ya vendrá», pues ya llegó. Es un una canción hippie, me parece a mí, porque canta el mundo de la labranza, pero tratando de echarle un poco de imaginación placentera: «Qué bello paisaje / si con el trigo verde / o dorado se mezclasen / los amores, las faenas y los cantos». Así soñaba yo trabajando en el campo, cargando los carros de heno o las gavillas de centeno.El ‘Prada Prada’ del título son sus dos apellidos, pero ¿tiene un doble sentido? ¿Es especialmente ‘Prada’ por ser letras y música suyas y porque está ahí también la inspiración de todos los autores con los que ha convivido?Claro, claro. Uno es el fruto de todo lo que ha leído, lo que ha vivido, lo que ha oído. Todos caminamos sobre huellas, ajenas y propias. Yo he procurado siempre arrimarme a gente mejor que yo en todo, por si se me pega algo.¿En el concierto de Valladolid habrá más ‘Prada Prada’ o más del resto de los cincuenta años de discos? En esta ocasión creo que mitad y mitad, porque el ‘Prada Prada’ es también fruto de esos cincuenta años. Me dejaré llevar por lo que allí ocurra, porque es el otro el que te lleva y te inspira también. Llevo un guion, pero me gusta perder la cabeza, porque al escenario hay que salir a perder la cabeza.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *